Faltan todavía unas horas, o quizás días, para que sepamos el resultado final de las elecciones presidenciales en los EEUU, así que no voy a decir cuál es mi preferencia, ya que no tengo, y creo que es absurdo tenerla. Tampoco voy a hacer un pronóstico ya que ni tiene sentido ni gana nadie nada con ello salvo someterme a un vaticinio con un 50% de error.
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De lo que quiero hablar es de qué forma se viven, a veces con ridícula pasión, estas elecciones en España. Para ello voy a prescindir, por ejemplo, del hecho de que una candidata que se llamase Hilaria tendría poco éxito en esta tierra celtíbera más dada a Vanessas y Jenniferes. Tampoco voy a tener en cuanta que el hecho de que una mujer fuera candidata en España tendría un plus de votos por ese mero hecho... ¿Quién ha hablado aquí de coherencia?
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La prensa nacional lleva varios meses diciendo lo malo que es Donald Trump y contándonos la cantidad de burradas que dice, hace, dijo e hizo. Machista, racista, xenófobo, ¿violador?, millonario ... Ufff, qué tipo más despreciable. Hasta ese iletrado y chistoso de Piqué hace campaña contra él... No me extraña.
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De la señá Hilaria, nos dicen que manda documentación clasificada por su correo electrónico y que un juez y el FBI están preocupados, pero como eso lo hacemos todos aquí, tampoco nos importa mucho... Lo de aguantar los cuernos presidenciales del pícaro Bill, hace que reciba cierto apoyo popular aquí.
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En fin nos encontramos con un panorama clarísimo: una sufridora, experta política y que ya vivió en la Casa Blanca se enfrenta contra un rufián (con perdón) indeseable.
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Independientemente de los resultados finales, que pronto sabremos, la realidad es que los norteamericanos votarán en función de sus intereses y simpatías y no de lo que diga la prensa española... ni quizás tampoco Piqué.
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Los norteamericanos votarán en clave de su política interior y económica y, en segundo lugar, de la exterior. Sobre las propuestas de política interna no sabemos nada ya que la prensa española no nos ha contado nada, seguramente por que nada sabe ni le importa. De política exterior, los yankees saben, pero nosotros aquí no, que con Hilaria de Secretaria de Estado, los EEUU se han metido en más guerras que con Bush Jr. y eso a los padres de los soldados no les gusta mucho. A los contribuyentes, en general, tampoco. Pero eso importa poco ya que no genera titulares ni vende periódicos, mientras Twitter arde con "comentarios sesudos" de todo tipo de analistas de sofá, como yo, por ejemplo.
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Al final ganará la señá Hilaria o el pato Donald y habrá titulares de todo tipo y el mundo cambiará de forma radical para que, en un giro lampedusiano, todo siga igual. Lo que no cambiará será la rasancia, simpleza y cortedad de la prensa española. ¡Qué aburrimiento!