jueves, 27 de diciembre de 2012

Solo Dios basta de Sławomir Biela

El teólogo polaco y fundador del Movimiento de las Familias de Nazaret, Sławomir Biela, ha escrito bastantes libros que han sido traducidos al español y los ha publicado la Editorial San Pablo. Este que viene hoy a este Baluarte, titulado Sólo Dios basta, me fue recomendado hace meses por un cura de toda confianza. Seguí su consejo y su lectura ha resultado un completo descubrimiento. El descubrimiento de las muchas trampas con las que se encuentra un cristiano que se cree un cumplidor exacto y fiel del Evangelio pero que, en el fondo tan sólo se sigue a sí mismo. Es todo un retrato de mi propia fe y de mi forma imperfecta y soberbia (en el peor sentido de la palabra) de vivir y practicar mi fe.
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El título, tomado de la famosa oración de Santa Teresa de Jesús, es usado con la literalidad siempre negada por la inmensa mayoría de los católicos que vivimos, de lunes a sábado como si Dios no sólo no bastara sino, incluso, como si fuera una excusa para un determinado comportamiento.
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El concepto de farseismo espiritual y de los llamados "apoyos" materiales, sobre los que los cristianos "standard" apoyamos nuestra fe han sido una verdadera denuncia, o si lo prefieren, la constatación escrita y muy bien explicada de algo que ya me temía. Dios sólo basta, pero... ¡Sería tan fácil la vida si de verdad lo creyeramos! pero también, ¡es tan difícil acordarnos siempre de este axioma!
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Para mi tranquilidad, al final del lbro, el autor cita al entonces Cardenal Ratzinger en un libro en que nos dice que tenemos que entregar a Dios nuestra existencia "junto a nuestra incapacidad para la fe y la oración". Inapacidad de la que me sé campeón, por eso este libro es no ya útil sino muy necesario para hacer una verdadera catársis en nuestra fe.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Eyenga ya Mbotamá

Bellísimo villancico africano, titulado Eyenga ya Mbotamá cantado en lingala, un idioma de la República Democrática (es un decir) del Congo, cantado por el Coro Elykia en una gala de Navidad en Milán en diciembre de 2010. Intenten no bailar... Feliz Navidad, o en lingala, Mbotamá Malamu.
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lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad sin turrón pero con Luz

Durante años he oído que eso que llaman "el espíritu de la Navidad" había quedado sepultado por una ola imparable de consumismo, de luces y sonido sin significado y por champán que era lo único capaz de "garantizar" la felicidad en almas atormentadas y que viven un espejismo de alegría momentánea de forma artificial, falsa, ocultando un vacío de magnitud sideral.
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Todo esto, como idea, está muy bien, pero año tras año parecía, y sigue pareciendo, incluso entre los cristianos que lo más importante sigue siendo el champán, la comida copiosa, la luz indirecta, el sonido enlatado, los villancicos sin letra, la alegría etílica, los regalos de marca y, por supueso, el turrón. ¡Cómo nos atenaza el consumo, la materia y la artificiosa agitación del momento!
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Por circunstancias que no vienen al caso, esta Navidad estoy solo, es decir, rodeado de personas que celebran la Navidad "a la occidental", con cenas copiosas, alcohol y ruido. Soledad absoluta que me va a permitir, quizás por primera vez en mi vida, vivir la Navidad con la alegre sencillez de los cristianos, con la humildad de los pastores, destilando cada segundo en alabanza a la Gloria de Dios.
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Hoy hemos de liberar nuestro corazón de la agitación del mundo, de sus falsas señales, de sus riquezas materiales y acercarnos humildemente a arrodillarnos ante un niño recién nacido, ante el Salvador que viene a nuestro encuentro.
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Como Dios ha nacido de María, dejémosle que también nazca en nuestros corazones, en nuestras almas, llenándonos con su Paz y su Luz.
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En esta noche santa como ninguna, desde este solitario Baluarte, os deseo a todos una humilde, santa y muy feliz Navidad.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Africa después de la Guerra Fria de Mark Huband

Mark Huband es un periodista británico que decidió plasmar en un libro sus experiencias como corresponsal en Africa durante doce años para diversos periódicos ingleses como The Times o The Guardian, entre otros. El libro, publicado originalmente en el año 2001 en los EEUU con el título The skull beneath the skin (el cráneo bajo la piel), vio las galeradas hispanas en 2004 de la mano de la editorial Paidós Ibérica, con un título más explicativo que el original: Africa después de la Guerra Fria, llevando además el clarificador subtítulo "La promesa rota de un continente".
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La lectura resulta interesante, a pesar de ser un libro de estilo periodístico, es decir que nos cuenta lo que ve y oye y las interesantes entrevistas que hace sin pararse en exceso a hacer un análisis sobre las raices y los desencadenantes de cada una de las crisis de las que fue protagonista en los años 1990s, a saber, la batalla de Mogadiscio y derrota de los EEUU y la ONU en Somalia, el primer genocidio de Ruanda, la guerra civil de Liberia, la caida de Mobutu en Zaire, el final de la guerra de Angola, la guerra civil de Burundi, los bombardeos americanos de Sudán en 1998, los gobiernos militares en Nigeria o las elecciones cruentas de Kenia.
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Como testimonio de protagonista directo de todos estos momentos, que llenaron de noticias, cierto que breves, nuestros diarios y aparecían en la TV de vez en cuando, tiene un valor extraordinario. Como análisis de los porqués, aunque haga algún intento, no consigue desentrañar las razones profundas de cada conflicto, todos ellos complejos y de naturaleza poliédrica y con raices seculares, acabando con la fácil solución de echar las culpas a las potencias coloniales, sobre todo Francia, y de los EEUU, que si bien tienen pecados africanos de sobra para sonrojarse, no son suficinetemente explicativos.
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No obstante nos encontramos ante un documento de gran valor para quien quiera recordar lo que sucedió en aquellos convulsos años en conflictos aún sin cerrar, como el de Somalia, o ya resueltos, al menos aparentemente, como el de Ruanda.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Potpourri navideño

Disfruten del potpourri navideño de este inefable y estéticamente inquietante, músico holandés llamado André Rieu. Feliz Navidad.
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