Resucitado de Kevin Reynolds

Kevin Reynolds es un veterano guionista y director de cine norteamericano cuya producción se limita a diez largometrajes de los que este es el último. Esta película está rodada en Malta y España, en Almería y Málaga, y cuenta con un guión del propio Reynolds. El resultado es una película bastante ambiciosa cuya realización, diseño, vestuario, música y montaje son de primera fila, pero destaca sobre lo demás la actuación de Joseph Fiennes en el papel protagonista.

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Resucitado, cuenta la historia de Clavius, que es un joven, ambicioso y prestigioso tribuno romano, es decir, una especie de gobernador militar, que recibe el encargo de Poncio Pilato, Prefecto de Roma en Judea por aquellas fechas, de investigar sobre la misteriosa desaparición del cuerpo de un predicador nazareno crucificado hace tres días, y los crecientes rumores sobre su resurrección. La resurrección del mesías judío, un tal Yeshua, o Jesús de Nazaret, podría causar problemas con los líderes judíos por lo que ha de localizar su cuerpo para calmar una inminente insurrección en Jerusalén.

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La acción y las dudas de Clavius, que hacen peligrar sus seguridades y (in)creencias, marcan la acción que es, por momentos, trepidante. Los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, continuación del Evangelio de Lucas, son el verdadero guión, al que se ciñe con cierta fidelidad el guión de Resucitado. La visión "desde el otro lado" de los hechos que cambiaron el mundo deja una buena impresión y cuando se ve en tiempo pascual, además huele a eternidad.

Poveda de Pablo Moreno

Pablo Moreno es un joven director de cine español, que ha llevado a la gran pantalla cuatro largometrajes, de los que "Un Dios prohibido" ya pasó por este baluarte. En esta nueva entrega ambientada también, aunque no exclusivamente en la guerra civil, tiene como centro la vida y el martirio de un sacerdote, San Pedro Poveda. La película que, como la anterior, sigue sin tener un gran presupuesto, ha mejorado su calidad técnica y cuenta con actores de cierta calidad.

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Poveda cuenta la historia de este santo y pedagogo, que fue también un infatigable luchador por el desarrollo de los más desfavorecidos. Este santo tuvo una vida plena iluminada por la fe lo que le llevó a realizar primero, una importante labor socioeducativa en las cuevas de Guadix con los braceros pobres que vivían en la ignorancia y la indigencia. Tras su trasladado a Asturias y posteriormente a Jaén, pone en marcha una iniciativa revolucionaria confiando a mujeres jóvenes y cristianas un proyecto educativo, con los más avanzados métodos pedagógicos del momento, y fundando la Institución Teresiana.

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Poveda no es, ciertamente un gran película en términos comerciales, pero es capaz de transmitir, en plenitud, el empeño de un santo, la miseria de una época, la mezquindad de unos pocos y el martirio de miles. Como digo, Poveda no es una gran película, pero es una película grande que hay que ver y disfrutar.

Dos historias romanas de Carlos Pujol

Carlos Pujol, el poeta, traductor, editor, historiador de la literatura y novelista español fallecido hace cuatro años, ya pasó por este baluarte con ocasión de sus "Cuadernos de escrituras", que dejó un gran poso y el recuerdo de una escritura elegante y atractiva. Por ello regresé, tras leer seguramente, aunque no recuerdo bien las circunstancias, la crítica elogiosa de algún lector de cuyos gustos me fio, me llevo a leer estas deliciosas novelitas.
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Y por eso me hice con Dos historias romanas, editado por Destino, que me leí con gusto en un periquete. Se trata de dos cuentos independientes que tienen tres elementos en común: un protagonista español, una ciudad eterna, Roma, como escenario y un tiempo convulso, de preguerra como momento histórico concreto para cada una. La primera historia lleva por título "La plaza de piedra" y se sitúa días antes de la desaparición de los Estados Pontificios en 1870, con la llegada de los camisas rojas garibaldinos. La segunda lleva por título "La lección del fantasma" que transcurre en junio de 1940, bajo el gobierno de Mussolini, poco antes de que el país entrase en la segunda guerra mundial. En las dos historias hay otro elemento que es de la sospecha, el engaño y el disimulo que provocan, junto al miedo, las situaciones prebélicas.
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La lectura de estos cuentos galantes, eruditos y elegantes, escritos con el esmero de un orfebre y para el gusto de un príncipe renacentista, dejan una especial paz que nace de un espíritu colmado de belleza. Como lo oyen.

La Caza de Carlos Saura

El veterano director de cine oscense Carlos Saura, que se mantiene activo a sus 84 años, es el más laureado de los directores españoles (aunque no haya recibido ningún Oscar como Almodôvar) con varios premios en los festivales de Cannes y Berlín entre otros muchos. Fue nominado para varios Oscar no ganando ninguno. Esta película se rodó en 1966 y contó con las interpretaciones de Ismael Merlo, el veterano Alfredo Mayo y un joven Emilio Gutiérrez Caba, Esta película fue premiada con el Oso de Plata al mejor director en el Festival de Berlín de 1966.

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La Caza es una película que transcurre en una jornada cinegética que une a tres amigos, que se ven de la capital a un coto, en un paraje árido y desolado que muchos años antes fue escenario de una batalla durante la Guerra Civil. Todos ellos están pasando por momentos difíciles, separaciones, problemas con el alcohol, de modo que lo que iba a ser una tranquila jornada de caza se convierte en un enfrentamiento entre los tres.

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Para algunos críticos, esta película supone una brutal metáfora sobre la España de postguerra en la que las heridas estaban aún por cicatrizar. Además es una alegoría asombrosa y trágica, pero bellamente presentada sobre la violencia y la animalidad humana. En cualquier caso es un clásico imprescindible del cine español que hay que ver.

Los paisajes iluminados de José María Castroviejo

José Mª Castroviejo ya pasó por este baluarte con motivo de dos de sus siempre peculiares libros, en concreto, Memorias de una tierra y Las tribulaciones del cura de Noceda. Castroviejo fue un renacentista nacido, como yo, a destiempo. Su amor a la naturaleza, a la tierra y, más en concreto, a “su tierra”, que es también la mía, le llevó a centrarse en las cosas eternas y no en lo circunstancial o lo coyuntural, por eso, su obra se centra en la naturaleza humana y en la naturaleza lo que le llevó a ser siempre un heterodoxo. Como muestra cabe decir que políticamente se definía como “anarcocarlista”. Su inconformismo radical le llevó a refugiarse, junto a su numerosa familia, en Tirán, sobre la Ría de Vigo, y desde allí, condenado al ostracismo por unos y otros y proscrito por las editoriales a partir de los años 1970s, ir dejando que la destilación de su pluma fuera regalándonos, en dosis homeopáticas, joyas como ésta que hoy se glosa.

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Supe de Los paisajes iluminados gracias a Álvaro Cunqueiro, quizás el mejor amigo de Castroviejo, que afirmaba que en las páginas de este libro se contenía la mejor prosa española del siglo XX. Difícil de encontrar, me hice con una edición de la editorial Destino de 1963. Sus 280 páginas nos dejan un poso de belleza, de amor a Galicia, a su tierra, sus gentes y sus tradiciones, sólo superado por el cariño que destila hacia sus amigos y hacia la naturaleza en sí. De hecho, pone en boca de un paisano del valle del Ulla la honda preocupación por el cambio climático, aunque no le llama así, y sus consecuencias… ¡en 1945!, que fue cuando se apareció este libro.

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La lectura de este libro genera una placentera sensación de tranquilidad, imaginando los húmedos paisajes de Galicia, la navegación por el Gran Sol durante una galerna, la digna, sabia y humilde conversación con los paisanos. Y uno no puede evitar cierta morriña y un deseo de volver a la tierra que le vio nacer, sin necesidad de recurrir a “hechos diferenciales” u otras imposturas ideológicas.

La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela

Camilo José Cela es uno de los mejores escritores españoles del siglo XX, y no sólo por que haya merecido el Premio Nobel de literatura de 1989, o un Cervantes o un Príncipe de Asturias, que también, sino porque es capaz de describir sentimientos de una forma muy especial sólo al alcance de unos pocos genios. De él leí hace bastantes años, y los disfruté, Viaje a la Alcarria y El gallego y su cuadrilla. Por algún motivo que desconozco, me he decidido a leer las dos grandes novelas de mi paisano de Iria Flavia y con esta, que según dicen es, tras el Quijote, la segunda novela española más traducida a otros idiomas.

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La familia de Pascual Duarte es un ejercicio de literatura de primer orden, a medio camino entre la tragedia, la picaresca y la crítica social. Una novela escrita al modo de "manuscrito hallado" que con el lenguaje creíble, a veces tosco, de su autor, Pascual Duarte, lleva al autor por una historia mínima que es a la vez una biografía de tragedia, miseria y violencia que describe la dureza de la vida rural en España en el primer tercio del siglo XX.

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La lectura es a veces desasosegante y la violencia y la maldad en la que Pascual ha sido educado impide al protagonista zafarse de su maléfica influencia y condenándole a un final trágico y esperado. Es sin duda una gran novela cuya lectura recomiendo.