Desde hace más de año mi querida esposa ha insistido en que viera esta película ya que a ella le había encantado y, cosa rara en ella, la había visto ya dos veces. Como me fio plenamente del gusto de mi mujer, que lo demostró con creces al escoger al hombre de su vida, he tenido esta película pendiente de verla y hoy la he disfruado y mucho.
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El británico Tom Hooper, premiado con cuatro Oscar, incluidos el de mejor película y mejor director, por su trabajo en El discurso del Rey, dirigió en 2012 esta película que le confirmó con uno de los mejores directores del momento. Los Miserables fue nominada para ocho Oscar siendo galardonada finalmente con tres premios, incluido el de mejor actriz de reparto para Anna Hathaway; tres Globos de Oro y cuatro BAFTA, con el que la Hathaway obtuvo su tercer pemio por su trabajo.
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Los Miserables está basada en la novela homónima de Victor Hugo. Es un musical, género en aparente decadencia, que dura más de dos horas y media pero que se ve con agrado dada su espectacular puesta en escena, el vestuario, los escenarios naturales y de interior elegidos, la música y, sobre todo, la fuerza de la novela de Hugo, publicada en 1862 pero que conserva toda su frescura y empuje, y nos pone ante las grandes cuestiones del Hombre, por tanto, asuntos de hoy, de ayer; eternas, al fin.
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Muy apta para estos tiempos en los que una legión de miserables llenan las calles de España y vuelven a la fria y cruda realidad tras el espejismo de unos años de falsa opulencia. Esta película habla de la misericordia, la redención, la fe, el perdón, la justicia y su aplicación, muy distante a veces, del concepto teórico. También de la libertad y de la fuerza de la dignidad del Hombre.
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Sólo me queda agraecer a mi amada por su sabio consejo, recordándo lo que dice una canción al final: "Amar a otra persona es contemplar el rostro de Dios".
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Sólo me queda agraecer a mi amada por su sabio consejo, recordándo lo que dice una canción al final: "Amar a otra persona es contemplar el rostro de Dios".
2 comentarios:
Es muy bonita, no te digo que no, pero tiene poco que ver con la inmensa e inmortal obra de Victor Hugo.
Nada comparable al placer de leerla completa, para lo cual de entrada hace falta programar mucho tiempo.
Pero de otro modo es difícil descubrir las ideas que sobre la justicia, la sociedad y en definitiva la existencia de los seres humanos, aporta Victor Hugo.
El musical no pasa de ser un entretenimiento edulcorado y en ocasiones algo cursi. Aparte de la carga ideológica modernista que tergiversa torticeramente las intenciones del autor.
Si no se tiene tiempo para atacar la novela original, recomiendo la versión filmada para la televisión en cuatro episodios que protagonizaron Gérard Depardieu, Christian Clavier y John Malkovich, este último en una de sus excelentes interpretaciones (curiosamente en la versión original en francés es él mismo el que interpreta en este idioma que domina a la perfección).
Es bastante más fiel que el musical a la idea original de Victor Hugo.
Si la lectura de Los Miserables constituyese una asignatura obligatoria de la carrera de derecho y parte fundamental del temario de las oposiciones a juez, otro gallo nos cantaría.
Muchas gracias por el comentario Alphonse.
En efecto, mi santa esposa, que adora los libros de más de 1000 páginas, leyó a Vicor Hugo y me comentaba, ya que yo no lo he leído, que hay una gran diferencia en los valores y la tensión que transmite la novela y lo reflejado en el musical.
Un abrazo
Abu
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