No encuentro mejor manera de despedir el año que, salvo durmiendo, con poesía. Y eso he hecho de la mano de Andrés Trapiello, escritor leonés que ya ha pasado varias veces, pero menos de las necesarias, por este baluarte con siempre pendiente Salón de los pasos perdidos del que me quedé en la ya lejana primera entrega. En cambio guardo recuerdo grato de un poemario titulado Segunda oscuridad.
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Y es un poemario anclado a la tierra extremeña donde Trapiello disfruta del campo, de la familia, del canto de los pájaros tan presentes en este libro. Su título es signo del cruce de caminos sobre el que se asienta la casa campera cercana a Trujillo pero en también signo de unión y promesa de continuidad.
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Comparto con los visitantes de estas almenas uno de los poemas que más que ha gustado y que lleva por título:
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A uno de esos pequeños huertos que se ven desde el tren junto a las vías.
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……………...……I
…..El camino del agua y el del hierro
…..se parecen los dos mucho a la vida.
…..Vas en un tren. Respiran por su herida
…..solitario el cortijo de aquel cerro,
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…..el ganado porcino y las encinas,
…..unos montes azules a lo lejos,
…..dos fugitivos charcos, dos espejos,
…..uno vacío, en otro un silo en ruinas
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………..…………II
…..Nuestro pensar es cangilón de noria
…..hundiéndose mil veces en el mismo
…..y misterioso pozo, y a ese abismo
…..torna la luz de nuevo sin memoria.
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…..Pero alguien aún, junto a la vía,
…..sigue labrando su miniado huerto
…..por devolverle a tu ensimismo muerto
…..hortalizas y rosas, la alegría.
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