lunes, 21 de diciembre de 2009

Una reflexión sobre nuestras Libertades (y III)

Esta es la tercera y por ahora última entrada de una serie de reflexiones sobre la merma de nuestras Libertades que se está tejiendo a nuestras espaldas y, lo que es peor, con nuestro callado beneplácito. Hoy le toca el turno a la ciencia y las interpretaciones ideológicas que de ella se hacen creando una verdadera espiral de silencio que condena al ostracismo a los discrepantes independientemente de sus razones y generando de esta forma una merma a la libertad de expresión y, en su caso, de cátedra.
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Por ejemplo se nos presenta la manipulación genética con sus desconocidas consecuencias y la fuerte carga de inmoralidad que lleva consigo como una oportunidad para sanar a niños enfermos. Los niños siempre son empleados en estos casos para causar la impresión de que sólo unos desalmados pueden oponerse a la "ciencia".
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Toda la investigación y las consecuencias derivadas del estudio del cambio climático están trufadas de dudas, irregularidades y dimisiones de científicos que se niegan a admitir la participación humana en el proceso de cambio climático que achacan a otros motivos cíclicos naturales. Pero ahora cualquiera que se oponga a la versión oficial puede ser acusado de troglodita y de enemigo de la ciencia, de Al Gore y su Premio Nobel y, sobre todo, aunque no lo digan, de las empresas que apoyan estas iniciativas y que obtienen pingües beneficios con ello.
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Por último las mentiras sobre las plagas, enfermedades endémicas y sus remedios están en la cresta de la ola. Los casos de la gripe aviar, o los más recientes de la Gripe A, o del papiloma humano en mujeres, llevan detrás la campaña de falsedades y ocultación de datos para reforzar el marketing que pretende, y consigue con el notable apoyo de nuestros gobernantes, aumentar la venta de vacunas y otros productos farmacéuticos que son de dudosa utilidad para acabar con endemias inventadas, cuando no provocadas.
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Pero si la ciencia ofrece soluciones a miles de problemas, su manipulación y su utilitarismo corrompe la confianza y gasta ingentes cantidades de dinero de forma ineficiente. En España, "conscientes de ello", se ha reducido la inversión en ciencia e investigación para poder así hundir más el futuro de España donde la competitividad está bajo mínimos y tan sólo un decidido impulso científico verdadero y sin cargas políticas o de oscuros intereses empresariales puede sacar a España del furgón de cola de la economía y la innovación. Afortunadamente hace pocos días supimos de boca de nuestro Presidente del Gobierno que la Tierra es del viento, con lo cual le quedan ahora a los alisios la complicada papeleta de cuidar su propiedad, mientras él y su equipo sigue promocionando a empresas que se lucran con engaños y dinero público mientras a Vd. sólo le queda asentir o se condenado al ostracismo por retrógrado y liberticida. Es el signo de los tiempos... y de los vientos.

1 comentario:

ACT Fernando III "el santo" dijo...

Interesantísimas reflexiones.
El uso de la ciencia para los fines espurios de la izquierda demuestra la ignorancia generalizada de nuestra sociedad. La ciencia no se fundamenta en el consenso. Aunque una inmensa mayoría se empeñe en que dos más dos son cinco, nunca será verdad. Pero estos artistas de la manipulación han conseguido que la gente -por ignorancia, incultura o pasotismo- termine creyendo que todo es cuestión de mayorías y de consensos, hasta las matemáticas.
http://actfernandoiiielsanto.blogspot.com