Peter Webber es un director de cine británico que ha dirigido hasta la fecha tres largometrajes. Esta que aparece hoy en este baluarte es un trabajo que, a pesar de haber obtenido solo una premio menor en el Festival de Toronto, tiene una puesta en escena cuidada y una documentación suficiente
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La película Emperador cuenta una historia real, quizás levemente modificada para hacerla "comercial", pero en esencia cierta. Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial y con el trauma que supusieron el criminal lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, Japín es una nación en estado de shock. En esta situación, el general Douglas MacArthur, Comandante de las fuerzas aliadas en el Pacífico es además encargado de hacer volver a Japón a la "normalidad". Entre los retos está el papel que el Emperador de Japón, Hirohito, vaya a cumplir en el futuro. Para ello se valdrá del Brigadier Bonner Fellers quien le asesorará para decidir el destino del emperador japonés.
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La película no cae en tópicos patrioteros ni del maniqueísmo tan grato a Hollywood. La conversación con un político japonés, diciendo verdades como puños al Fellers merece un aplauso por el baño de realismo político (del de verdad, no del que practicaba Kissinger) que se agradece. Emperador es una película correcta, entretenida y que se ve con agrado.
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