Me fue recomendado este libro, como tantos otros por buenos lectores y mejores amigos. Una novela singular sobre la Guerra Civil, en la que apenas se habla de política salvo desde un distante descreimiento, donde lo que impera, como dice el subtítulo, es la espuela y la espada. Sable, corregiría yo.
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Esta novela, de casi 600 páginas, ha sido reeditada por Renacimiento, a iniciativa de los hijos del autor ya fallecido, que la ha publicando ahora completa ya que había sido reducida en su primera edición hace medio siglo, bajo su actual título, La soledad de Alcuneza.
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Su autor, Salvador García de Pruneda, fue un diplomático español que sirvió durante la Guerra Civil como Teniente de Zapadores en la División de Caballería, por lo que la obra, absolutamente autobiográfica, toma para el Teniente Alcuneza el alma y el recuerdo de un Pruneda escritor desde lejanas cancillerías.
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Esta novela es, y no creo exagerar cuando lo afirmo, una de las mejores novelas bélicas por mí leídas. Romántica, poética y elegíaca, nos cuenta las bellezas y las tristezas de la guerra, la violencia y la estética de la muerte y la destrucción. La muerte de la Caballería y de los viejos y honorables guerreros a la vez que se produce el nacimiento de la firme hermandad de sus peculiares personajes entre explosiones y tiros.
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Es una novela de soldados. Aquí se degusta la vida de campaña ajetreada y cansina, la incomodidad de la milicia vivida con alegre desenvoltura, la incertidumbre de la muerte esperada con cristiana aceptación. Pruneda nos pone ante una historia verídica, al menos en su espíritu, que deberían leer muchos de nuestros generales que cifran la milicia en cálculos económicos y juegan con las carreras y vidas de los suyos con escaso decoro y olvido de los valores de los que el joven Teniente Alcuneza hacía, mientras cabalgaba por los campos de España, estandarte y seña.
1 comentario:
¡Bravo!
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