León Degrelle fue un líder político belga de los turbulentos años de la segunda Guerra Mundial. Católico ferviente se vio arrastrado, sobre todo a raíz del asesinato de su hermano, a una carrera política en la que acabó siendo aliado del III Reich de Adolf Hitler. En la vorágine de la guerra llegó a mandar la División Wallonia de las SS, formada por belgas, tanto por flamencos como, sobre todo, valones. Perdida la guerra se refugió en España donde encontró una nueva vida y un país soleado que lo acogió. Degrelle murió en Málaga en 1994.
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El volumen leído es una segunda edición, quizás también última, de la edición traducida y prologada por Gregorio Marañón, por la editorial La hoja de roble, en 1954.
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Además de su azarosa vida, Degrelle dejó algún libro escrito, todos ellos autobiográficos, narrando su guerra o su Camino de Santiago. Este que se glosa hoy, bajo el título de Almas ardiendo, se agrupan reflexiones personales y pensamientos explicadas en el subtítulo: Notas de paz, de guerra y exilio.
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El libro escrito en forma de aforismos más o menos largos en un lenguaje poético, incluye afirmaciones contundentes como: "Es infinitamente más difícil que el alma se afane mil veces cada día en deberes pequeños que realizar, en una ocasión solemne, una hazaña memorable"; o como: "Se acerca la hora en que será necesario, para salvar al mundo, un puñado de héroes y de santos que emprendan su reconquista".
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