sábado, 30 de junio de 2012

La defensa de los privilegios de clase

Los españoles pagamos el precio más alto por consumo eléctrico de toda la Unión Europea, debido al 18% de IVA y a que al precio de producción o compra al exterior hay que añadir el 4,864% del impuesto eléctrico especial que corresponde al pago de la moratoria nuclear y las subvenciones al carbón. No sé si tienen a mano un recibo de la luz de hace unos años ya que allí se veía desglosado todo esto, que ahora viene camuflado como un aséptico "impuesto de electricidad".
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En estos recibos, a todos los españoles nos cobraron mes a mes durante años un 3,54% del importe del recibo de la luz por la llamada moratoria nuclear, es decir, pagamos la construcción de centrales nucleares que nunca se usaron por criterios ideológicos cuando no por pura aceptación del chantaje etarra, como en el caso de Lemóniz. Eran los tiempos del tiro en la nuca y del "Nuclear, no, gracias", campaña de diseño soviético y notable éxito mediático.
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Además, en las facturas de la luz se podía ver otro 4,86% de la facturación que se pagaba cada dos meses, que pagábamos de forma religiosa y sin plantearnos la justicia y bondad de dicho pago, por la subvención del carbón nacional. Es decir entre todos les pagábamos los sueldos a los mineros asturianos por extraer un carbón de baja calidad y diez veces más caro del que viene de los EEUU, por ejemplo. Mientras, ellos tenían unos sueldos que duplicaban o triplicaban el de cualquier funcionario con carrera universitaria.
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El gobierno ha decidido reducir esta prebenda de la que disfrutaban los mineros asturianos desde hace décadas y, en un "gesto solidario", los mineros, azuzados por la izquierda más retrógrada de Europa, los sindicatos que a nadie representan y que también viven de nuestros impuestos, se ha lanzado a defender sus privilegios de clase, esos que disfrutan con el dinero de nuestros bolsillos.
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La prensa nos dejó estos días imágenes de la lucha revolucionaria en Asturias, al viejo estilo, barricadas, cortes de carreteras, lanzamientos de cohetes contra la Guardia Civil o mensajes tan edificantes como "Si nuestros hijos pasan hambre, los vuestros verterán sangre". Es decir, o volvemos a pagarles sus envidiables sueldos o atacarán a nuestros hijos. A esto se le llama, creo, "progresismo".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no, a eso no se le llama progresismo. Verá, en Rusia,hacia 1919-20 (si no me falla la memoria) y en plena guerra civil entre los ejércitos blancos y el Ejército Rojo, los sindicatos ferroviarios pretendían desencadenar una huelga por motivos salariales. Trostky militarizó los ferrocarriles, con mano muy dura -dirigentes sindicales acabaron contra la pared-y se acabó la tontería reivindicativa.
Los mineros asturianos llevan décadas abusando de privilegios (que, por cierto, datan del franquismo): salarios de infarto, cortas jornadas laborales, jubilaciones muy tempranas....y todo ello a costa de los demás españoles que los subvencionamos hasta las cejas.
Un buen ex-bolchevique como yo sabría cómo acabar con este problema, pero me temo que en la democracia ¿burguesa? o ¿podrida? de que gozamos no se permitirían mis métodos.
Pedro

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Sé que no es progresismo, aunque no sé muy bien qué es exactamente eso. Lo que sé es que en la izquierda modorra, decimonónica, indolente que tenemos en España, incapaz de ver más allá de sus despachos enmoquetados, esto es progresismo de la mejor clase.
Gracias por su opinión, Pedro.

Anónimo dijo...

Vale, lleva razón en que en la España de hoy la "izquierda" llama progresismo a los privilegios detentados por determinadas minorías. Me ha encantado lo de la "izquierda modorra...indolente"; me lo apunto en mi catálogo de definiciones de la izquierda penosamente existente.
Y disculpe mis intervenciones, digamos que poco ortodoxas o fuera de órbita, pero es que cuando veo a qué se llama hoy "izquierda" y "progresismo", pues me sube la tensión y me da acidez de estómago.
Gracias por su tolerancia
Pedro