El genial y aristocrático escritor vienés, Stefan Zweig, ha pasado ya por estas murallas con motivo de algunas novelas cortas como Los ojos del hermano eterno, o 24 horas en la vida de una mujer y con el imprescindible Momentos estelares de la humanidad. La calidad literaria de Zweig queda fuera de toda duda.. Además de novelas y de ensayos como los señalados, nuestro autor escribió también libros de viajes en los que contaba sus experiencias de experto viajero y excepcional observador.
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De entre estos libros la editorial Sequitur ha publicado varios volúmenes de los artículos que Zweig publicó a principios del siglo XX. En el volumen que nos ocupa, Viaje a Rusia, el vienés cuenta sus experiencias del viaje a la recién nacida Unión Soviética con motivo de su invitación a un homenaje a Lev Tolstoi.
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La percepción de un asombrado y escasamente crítico, Zweig deja la impresión de la construcción de la URSS y de su preocupación por el mundo de la cultura, incluso al servicio de un pueblo que vivía en unas condiciones sociales de verdadera miseria en el Moscú postrevolucionario e hiperpoblado.
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No obstante la mayor parte del libro trata, de forma elegante y aséptica, sobre el arte y la literatura rusa, sobre la deriva final de Tolstoi y sobre los escritores a los que conoció, con Máximo Gorki, con quien labraría una fecunda amistad, en primer lugar.
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2 comentarios:
Sus momentos estelares de la humanidad son de fácil lectura. Pero dejé de leerlo cuando supe que se suicidó con su mujer, no sé muy bien porqué.
Lo que leo me deja aún más desengañado. ¿Escasamente crítico? ¿Sería que los responsables eran de su misma procedencia judaica? Para mí, un fraude intelectual.
Momentos estelares es un gran libro del que se aprenden, anécdotas históricas y sobre cómo un instante lo cambia todo. Yo se lo regalé a uno de mis hijos como "libro fundacional".
El suicidio de Zweig en Brasil, junto a su segunda esposa, que según creo tenía orígenes brasileños y era mucho más joven que él, tiene unas motivaciones que nunca se sabrán, pero que estaban relacionadas con la vivencia de la pérdida de toda una civilización y unos valores que habían sustentado su vida (recordemos que en 1942 parecía seguro el triunfo del III Reich).
La vida íntima de los artistas no debería influir en nuestros gustos y prioridades. De lo contrario nos dedicaríamos sólo a ver paisajes.
Sobre la percepción de la URSS (que es muy crítica aunque no de forma plena) es necesario recordar que en 1928 la modernidad, lo prometedor y la garantía de futuro eran o el bolchevismo ruso o el fascismo italiano dado que se consideraba que el sistema liberal democrático había fracasado.
Para nada tiene que ver lo "judaico" como dice Vd en su percepción. De hecho Zweig se consideraba "judío por accidente". Su nombre Stefan, era cristiano, sus amistades y su forma de ver el mundo también. De hecho, era furibundamente contrario al sionismo que esos años tenía su resurgir.
Le recomiendo que no vea así el mundo porque excluirá y no podrá disfrutar de gran parte de la belleza que hay en él y no sólo en la literatura de Zweig.
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