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Hace un par de meses salió al mercado el séptimo y, por ahora último libro de la serie nueve novelas que, teniendo como protagonistas a Diego Balboa y al capitán Alatriste, ha escrito el académico Arturo Pérez-Reverte, habiendo comenzando en 1996. Este volumen lleva por título de El puente de los asesinos.
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Siguiendo la trama aventurera, de honra y lance, espadachina y militar sitúa la acción en un invierno en Venecia donde los protagonistas se ven implicados en una trama de alta política, guerra sucia y traición.
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Como siempre, la lectura es fácil, entretenida dada la trepidante acción y, sobre todo de una cuidada "puesta en escena lingüística" en un uso del lenguaje del siglo XVII, cuajado de palabras y expresiones que nos resultan extrañas pero que dan credibilidad y empaque a la lectura y producen un extraño placer al redescubrir palabras olvidadas que van mezcladas con actitudes, valores morales y formas de entender la vida, lamentablemente más olvidados incluso que las parla de los bravos hispanos que, en actitud gallarda dejan el pabellón patrio en lo más alto.
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Nuevamente, y van siete de mano de los viejos Tercios, una gran experiencia literaria y un baño de moral. Sí, de moral, al descubrir, nuevamente de lo que somos capaces de hacer, como antaño. los españoles. ¡¡Que me place!!
Hace un par de meses salió al mercado el séptimo y, por ahora último libro de la serie nueve novelas que, teniendo como protagonistas a Diego Balboa y al capitán Alatriste, ha escrito el académico Arturo Pérez-Reverte, habiendo comenzando en 1996. Este volumen lleva por título de El puente de los asesinos.
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Siguiendo la trama aventurera, de honra y lance, espadachina y militar sitúa la acción en un invierno en Venecia donde los protagonistas se ven implicados en una trama de alta política, guerra sucia y traición.
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Como siempre, la lectura es fácil, entretenida dada la trepidante acción y, sobre todo de una cuidada "puesta en escena lingüística" en un uso del lenguaje del siglo XVII, cuajado de palabras y expresiones que nos resultan extrañas pero que dan credibilidad y empaque a la lectura y producen un extraño placer al redescubrir palabras olvidadas que van mezcladas con actitudes, valores morales y formas de entender la vida, lamentablemente más olvidados incluso que las parla de los bravos hispanos que, en actitud gallarda dejan el pabellón patrio en lo más alto.
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Nuevamente, y van siete de mano de los viejos Tercios, una gran experiencia literaria y un baño de moral. Sí, de moral, al descubrir, nuevamente de lo que somos capaces de hacer, como antaño. los españoles. ¡¡Que me place!!
2 comentarios:
Me lo trajeron los Reyes, completando así mi querida colección, y lo tengo en lista de espera.
Los Reyes siempre han sabido maneras...
Yo lo compré en noviembre, recién editado pero lo leí ahora. Ahora estamos en casa a la espera de los dos últimos.
Paciencia. Gracias Gonzalo.
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