Cisne negro de Darren Aronofsky

Fueron confusos y negativos los primeros comentarios que oí sobre esta película, Cisne negro, que fue nominada (sic) para tres Oscar, de los que una portentosa Natalie Portman se llevó el de mejor actriz. Posteriormente encontré indicios de que era una película que merecía ser vista.
.
Al fin me decidí a verla y descubrí el porqué de esta diversidad de opiniones. Su director, el irregular, complejo y a veces fascinante Darren Aronofsky, hace una introspección el subconsciente de una bailarina técnicamente buena pero emocionalmente insegura, intentando entrar y, lo que es más difícil, presentar, la neurosis de la protagonista y su aversión hacia su compañera de ballet con quien se disputa el papel de "cisne negro" en la interpretación de "El lago de los cisnes", de Tchaikovski.
.
El hecho de haber disfrutado unos días antes de esta misma obra interpretada en Madrid por el Ballet Imperial ruso, la compañía creada en España por Maya Plisetskaya, me ayudó a entender la trama y ambientación de esta película.
.
La película es original, quizás pretenciosa por la complejidad argumental, pero al final la actuación de Portman no tapa algunos huecos del guión que se han intentado cubrir con excesos sexuales. Y es que el centro del argumento que es la neurótica y autodestructiva obsesión por la perfección interpretativa, se mezcla, a veces de manera forzada, con los intereses sexuales del director de la compañía, la falta de escrúpulos de su competidora y compañera de ballet, una supuesta frigidez, una madre hiperprotectora y en cierta forma envidiosa, la mezcla en las escenas de realidad y fabulación... demasiados ingredientes para que el resultado fuera redondo. Y no lo fue, aunque esta película, por cierto, indignantemente clasificada sólo para mayores de 12 años, se deje ver, siempre que sepan a lo que se van a enfrentar y que sean, como se decía antes, sólo mayores y con reparos.