Algunos buenos amigos, como DAL, comentaron y me recomendaron este librito de poesía cuyo autor, José Luis de la Cuesta, es, al parecer, conocido o amigo. Además, Enrique García-Máiquez lo comentaba en su blog y Ángel Ruiz, helenista cabal, hacía lo propio en su Compostela. Con estas presentaciones no tuve más remedio que comprar el libro a la editorial, Los papeles del sitio, que lo publica, de una forma, por cierto, primorosa y artesanal. Era precisa una cierta premura para asegurarme el gozo de su lectura, ya que la tirada es de sólo 100 ejemplares y el nº 77 reposa ya en los anaqueles de mi biblioteca.
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Al autor no le conozco de nada pero sé de él lo suficiente al haber disfrutado la lectura de Cosas que me has contado, como para apreciarle e identificarme con su ética y su estética. Y no me resisto a compartir con ustedes un ejemplo de su poesía reaccionaria, peleona y bella.
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Regreso del paseo vespertino de Luis Alberto de Cuenca
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...Tú y yo, amor, paseando por las calles
...del Barrio de Salamanca, preparado
...para que la Navidad se celebre.
...Un relamido príncipe ha colgado
...sus coloridas luminarias laicas:
...la calle brilla como el reclamo
...de un fastuoso club de carretera.
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...Tú y yo, amor, cargados de regalos,
...a favor de la vida y de los ritos,
...en contra del demonio y del pecado
...(y de las metáforas complicadas).
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...Tú, yo y el precepto dominical
...medievales y eternos, caminando,
...rumbo a otra iglesia, mientras se ahondan
...los ojos de la noche a cada paso
...y queda atrás, hundiéndose en el tráfico,
...el Porsche Cayenne de un constructor quebrado.
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...Tú y yo, al filo de los socavones,
...a toda prisa, dos enamorados
...que rezan para que haya misa de ocho
...y media en los jesuitas de Serrano,
...y finalmente irrumpen en la iglesia,
...como un rey y una reina que han llegado
...a su patria tras un largo destierro.
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