lunes, 19 de octubre de 2009

Crónica de un día memorable en el que comenzó una larga guerra

El sol lucía en el techo de Madrid como una lámpara colgada por Dios para dar luz y calor a los que nos reunimos la tarde del pasado 17 de octubre en las calle de la capital de España. Pasear por esas calles era respirar aire puro, ver a familias numerosas y pequeñas, muchas de ellas sudamerianas, grupos de jóvenes, algunos ancianos, todo tipo de gente portando banderas blancas con el logo del evento, banderas de España, de Cataluña, de Colombia, de Portugal, de Extremadura, de Ecuador, también todo tipo de pancartas caseras... Aquello no era algo que se pudiera adscribir a un grupo concreto mayoritario o minoritario, mucho menos ideológico ya que lo que se venía a reclamar sólo tenía que ver con el género humano sin otra distinción ya que lo que está en juego es la misma dignidad del Hombre.
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Si fuimos 2 millones o cincuenta mil es cosa que importa relativamente poco. Y la importancia es relativa porque hay cosas que no deben ser sometidas al siempre falible plebiscto de las mayorías. La vida es el primer derecho sin el cual todos los demás sobran. Creo que no es difícil de entender lo digan dos o mil. A pesar de ello hay que salir a la calle a reclamar esta obviedad cuando un gobierno quiere, mediante una macabra pirueta, dar un paso atrás de varios siglos hasta los tiempos en que la pena de muerte, la esclavitud o los sacrificios humanos eran uso corriente en sociedades primitivas y otras que no lo eran tanto.
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Pero una parte muy considerable de la sociedad española se echó a la calle (de forma física o moral) para decir que no está de acuerdo con el aborto. Ni con el que viene ni con el que hay. Por eso no admitimos ni la barbaridad antijurídica e inhumana que plantean unos haciéndonos creer que la muerte de un ser humano, por pequeño que sea, puede ser el derecho de otro, ni admitimos tampoco la hipócrita componenda que nos presentan aquellos bajo cuyo mandato el aborto batió todos los records. Estos últimos tampoco nos engañan cuando se unen a nuestras filas de las que deberían haber sido expulsados sin contemplaciones como acertadamente señala hoy Juan Manuel de Prada en ABC.
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Lamentablemente, los propoentes de esta ley criminal no quieren ver más allá de la pugna entre partidos. Parece como si fueran incapaces de ver lo que hay fuera de su trasnochado cascarón al que llaman, quisiera saber por qué, progresismo.
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Algún día, se darán cuenta de que las sociedades siempre han vivido alejadas de las artificiales pugnas políticas, que al 99% de los mortales nos importa bien poco lo que digan los partidos políticos, ese 1% que intenta manejar nuestras vidas. Decía Edmund Burke que “El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión”, algún día esa ilusión terminará y sabrán que no queremos que hagan experimentos con nuestas vidas y sabrán también que no permitimos ni permitiremos que manejen también nuestro nacimiento ni nuestra muerte a su antojo.
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Señores (es un decir) del gobierno y de la oposición, algún día, y espero que sea pronto, la sociedad, el pueblo trabajador, la gente corriente los echarán de la cima de este absurdo sistema desde el que quieren cercenar nuestra libertad mientras intentan convencernos que nos ofrecen "nuevos derechos". No admitimos experimentos sociales con nuestras familias. No admitimos más engaños. No admimos más muertes inocentes.
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Y como no lo admitimos daremos la batalla en la calle, en internet, en la prensa y en las urnas. Será una batalla en la que sólo hay muertos en nuestro bando, todos ellos inocentes, pero es la guerra más justa que pueda haber. Es la guerra por la vida. Me temo que yo no veré la victoria, quizás mis nietos tampoco, pero venceremos por que sabemos que cada vida importa y porque tenemos la razón, la ciencia y a Dios de nuestro lado.
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Anímate. Tu vida está en juego. Te espero a este lado de la alambrada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final fuí Abu, mas que nada tras leerme estas reflexiones de Alicia Latorre en Alba

http://www.albadigital.es/2009/10/13/vida/a-veces-se-lanzan-mensajes-muy-pijos-respecto-al-aborto/

Y te puedo asegurar que alli había más de 55.000 personas. Y me sorpendió mucho la cantidad y juventud de religiosas, la cantidad de banderas con el sagrado corazón, la cantidad de gente de mi edad (¿Donde se meterán a veces?) y aunque ciertamente veias alli mucha gente que posiblemente estuviese por cuestiones meramente de afinidad politica, coincidocontigo en que esto marca un antes y un despues en la consolidación del movimiento Pro-vida en España. Posiblemente queden décadas como ya llevan en USA para verse resultados tangibles, cambios de lesgilación, triunfos. Pero el Sabado se puso la piedra maestra del edificio, y si conseguimos que todos aquellos niños que estaban en la manifestación, crezcan convencidos de la sacralidad de la vida, ya puede venir el PP-SOE con milongas, derechos, sondeos (el que han publicado ayer tan vergonzosamente falso que da cosa leerlo) que el tiempo acabara por certificar en ley la verdad que ya detentamos.

Por cierto si quieres más fotos:

http://www.foropolitica.com/foro/viewtopic.php?f=2&t=45244&start=15

Mismo nick.

Un saludo.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Me alegra que hayas ido. Creo que ha merecido la pena el esfuerzo aunque los resultados no los veamos más que en el largo plazo. Me encantó el discurso de Benigno Blanco ofreciendo propuestas creibles y factibles y pidiéndonos el compromiso de la defensa aciva y diaria de la vida.
En esto y en muy pocas cosas más no cabe la claudicación.
Por cierto la entrevista de Alba, muy buena. Me recordó mi ptrimer contacto con los Pro-vida hace más de 20 años.
Un abrazo
Abu

sorel dijo...

"...porque tenemos la razón, la ciencia y a Dios de nuestro lado".

Un par de preguntas.

¿No te parece un contrasentido meter en una misma frase a Dios y a la razón?

¿Peco de indiscreto si te pregunto que edad tienes?

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Sorel. Gacias por tu comentario. Tengo 45 abriles (y 46 octubres) y no eres indiscreto por preguntarlo. Para compementar tu información, ya que la edad es un dato frio, te diré además que esos años están llenos de experiencias que me han llevado por cerca de 50 paises, y no a todos de turismo, que además he vivido en cuatro de ellos. He visto morir y nacer gente. Debes saber que alguno de los muertos que he visto tenían agujeros en sus cadáveres. Si, he olido demasiadas veces el olor de la carne humana putrefacta. También he oido silbar balas por encima de mi cabeza en más de una ocasión y granadas de mortero han sacudido mi descanso demasiadas veces. Tengo el gran honor de saber a ciencia cierta que he salvado, al menos, una vida humana, la de un anciano empapado en gasolina que estaba atado a una pila de madera junto a unos jóvenes que tenían un mechero encendido... Era la vieja Europa. Al anciano no le he vuelto a ver.
Como comprenderas, la edad no es suficiente para "catalogar" a alguien. Tras estas cosas que le pasan a uno, muchos libros leidos (y pensados) y mucho tiempo de reflexión he legado a alguna conclusión... ¿Y tú? ¿qué has pensado y vivido tú, amigo Sorel? ¿Cuántas vidas has salvado?
Sobre el contrasentido no lo es en absoluto. Y no lo es por diversos motivos:
Si como supongo que sugieres, Dios y razón son contrapuestos, la frase cita por separado a Dios, a la razón y a la ciencia como tres elementos diferentes que apoyan nuestra causa. Veo que no has entendido el sentido de la frase.
Pero además, mi idea de Dios no es contraria en absoluto a la razón, es más, se complmentan plenamente.
Te invito a que leas "Fides et ratio" (http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio_sp.html) con calma y luego, si quieres hablamos de los posibles contrasentidos.
Espero tu respuesta. Gracias
Un saludo
Abu

sorel dijo...

La edad, a pesar de ser un dato frio, justifica muchas cosas. Mi pregunta era un primer paso para ponderar tus opiniones. Obvia decir que con toda la información que me has proporcionado la tarea resulta más sencilla. Te agradezco el esfuerzo.

Entre las experiencias que has mencionado echo en falta una, la de haber sufrido un embarazo fruto de una violación (pocos pero los hay), sin duda le añadiría más valor a tus palabras cuando hablas del aborto.

Que yo recuerde no le he salvado la vida a nadie, a lo sumo he contribuido a mejorar la de alguna persona. Tengo 35 años y considero, a riesgo de parecer soberbio, que mi bagaje vital está por encima de la media y a lo que parece muy por debajo del tuyo. Pese a ello intentare rebatir ciertos aspectos de tu discurso.

Creer en Dios es un acto de fe y la fe no atienden a razones, he ahí la contradicción. También mencionas a la ciencia, que como todos sabemos, siempre ha ido de la mano de la iglesia, corroborando sus preceptos.

En la santa iglesia no existe “…mi idea de Dios” no se puede personalizar a gusto del consumidor. O estas dentro o estas fuera, no caben las medias tintas.

Me interesan las personas que poseen certezas y saben defenderlas.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Gracias por tu respuesta, sorel.
Mi idea de Dios ES la de la Iglesia de Roma. Para ello yo no me he metido en los vericuetos teológicos de San Agustín o de Sto. Tomás de Aquino, pero he leido la "teología de la acción", si se me permite llamarla así, de San Pablo a través de sus cartas y he vivido de forma intensa de forma que la fe que heredé de mis padres ha echado profundas raices en mi y ya no es un regalo de ellos, es una propiedad mía, elaborada y puesta a prueba día a día. La fe, es eso, fe. Un don de Dios que un día puede irse si no la cuidas.
Pero la razón y la ciencia no están contra Dios. Sin embargo los verdaderos dogmáticos son los que dicen, por ejemplo: "Dios no existe" sin poder demostrarlo. Además, durante muchos siglos se ha matado por ello. No voy a ocultar que también se ha matado por lo contrario y han dado un muy mal ejemplo cristiano poniéndose en contra del mensaje del Evangelio.
La diferencia es que ya no quedan dogmáticos violentos del "Dos existe" y si de los otros. En España sin ir más lejos, históricamente, ayer.
Sobre el caso de la violación, es muy socorrido plantear casos extremos para justificar el aborto. Yo te propongo simplemente que preguntes si un ser humano puede ser condenado a muerte siendo inocente. La violada sufre y sufrirá, pero ¿por qué vas a matar a un inocente indefenso?
Esa es la pregunta que te debes hacer.
Poseo certezas porque las he buscado allá donde nadie quiso ir. Porque le he dedicado horas de lectura y reflexión y por que me he zafado de la presión de las mayorías, de los lugares comunes y de la "opinión pública" que, como sabrás, no existe.
Gracias
Abu