Julio Camba es, seguramente, el escritor gallego más universal del siglo XX. Cuando en 1920 nadie había salido de su pueblo, tan sólo Josep Pla y él habían recorrido ya medio mundo informando a los españoles de los que pasaba ahí fuera. Camba, nacido en Villanueva de Arosa ha pasado ya por este baluarte con motivo de sus Londres. Impresiones de un español y La casa de Lúculo. Este libro publicado por primera vez en 1932 y lo ha reeditado la sevillana Editorial Renacimiento en un cuidado volumen de unas 240 páginas, editado y prologado por José Luis García Martín.
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La ciudad automática es una recopilación de artículos escritos para ABC desde Nueva York, principalmente, y otros lugares de los EEUU entre 1916 y 1931. En este volumen se agrupan de forma temática sin respetar el orden cronológico, pero omitiendo erróneamente la fecha de publicación.
A los ojos de Camba lo ultramoderno y sorprendente brilla con un tono más apagado, tenue ya que a mira con unos ojos que difícilmente se deja engañar. Dicen que cuando llegó Pla a Nueva York preguntó, ¿quién paga todo esto? A Camba le importa menos que al ampurdanés y su retranca gallega le hace sacarle punta a todo para que, lejos de adoptar una postura pueblerina, aplique la sabiduría de las rías gallegas a un paisaje inhumano en el que las personas parecen estar de paso o ser parte del decorado.
A los ojos de Camba lo ultramoderno y sorprendente brilla con un tono más apagado, tenue ya que a mira con unos ojos que difícilmente se deja engañar. Dicen que cuando llegó Pla a Nueva York preguntó, ¿quién paga todo esto? A Camba le importa menos que al ampurdanés y su retranca gallega le hace sacarle punta a todo para que, lejos de adoptar una postura pueblerina, aplique la sabiduría de las rías gallegas a un paisaje inhumano en el que las personas parecen estar de paso o ser parte del decorado.
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