Golpe de timón... ¿o no?

Hace unos días se produjo en España un hecho único: El triunfo de una moción de censura parlamentaria que puso fin al Gobierno (es un decir) de Mariano Rajoy, dando paso a La Moncloa a un señor que perdió las elecciones de forma clamorosa.

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La situación era dramática e insostenible y el cambio muy necesario. La cobardía y soberbia de Rajoy, no era de ahora, sino de mucho antes. Debería haberse ido hace años, por lo siguiente:

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- No supo gestionar lo de Cataluña (en todos estos años, no en sólo el pasado octubre, que tampoco) y ha dejado la unidad nacional en riesgo.

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- No ha querido atajar la corrupción y no ha despejado las serias dudas que recaen sobre él.

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- Ha creído lo que decía Bill Clinton, aquello de "Es la economía, estúpidos". Y no. No lo es. No sólo, desde luego.

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- Los logros que consiguió con una gestión eficaz, que no dudo, no los ha sabido vender por que se ha rodeado de pijos incapaces con Máster en Harvard.

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- Ha hecho una gestión fría, sin alma, sin gracia, sin ningún tipo de calor humano. Floriano, Hernando, el plasma, Soraya... Todo un desastre de cara al público.

Ha puesto al partido popular, así, con minúsculas, por encima de España y esa es una grave enfermedad de nuestra democracia que M. R. ha agravado.

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Dicho lo cual, espero que lo que venga sea breve y haya nuevo parlamento antes de fin de año y se ponga a trabajar en las cosas que verdaderamente importan. Pero no tengo al respecto ninguna esperanza.

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No creo que P. Sánchez sea capaz de gobernar con los compañeros de viaje con los que se ha subido al carro.

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Desde arriba, siempre arriba; un abrazo a izquierdas, centro y derechas.