viernes, 12 de marzo de 2010

La gota sagrada

Brillaban tus ojos

pupilas ardientes,

rostro fecundo,

colores calientes,

sonrisas forzadas

de inmensa tristeza.

Del párpado nace

con toda su fuerza

como agua de mar

dulzura distante:

la gota sagrada

que nace y que muere

en el mismo instante.

Mejillas mojadas

temor de un momento

diamantes que caen

y van a ese mar

de amargo tormento.

Yo quiero tomar

la joya más bella:

La gota sagrada

que nace y que muere

en el mismo instante,

con la que regar

la tierra más fértil

el más ancho valle

en cuyo horizonte

ya brilla una estrella

para que allí nazca

con fuerza inaudita

con frágil belleza

la flor de tu vida

sin pena ni angustia

la rosa más tierna.

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