España financia atentados terroristas

Hoy se hace eco la prensa nacional de la liberación en Malí de los cooperantes españoles secuestrados (no raptados como dice cierta prensa ya que los terroristas no pretenden, en principio, casarse con ellos) hace casi diez meses. De ello informó este baluarte e hizo alguna aclaración al respecto en su momento.
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Nos alegramos de la liberación de Roque Pascual y Albert Vilalta que han padecido un duro secuestro en unas condiciones muy duras en manos de Moktar Belmoktar, uno de los líderes de katibat de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en el norte de Malí.
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Pero esta liberación no es sólo fruto de una negociación entre un estado de derecho y un grupo terrorista, tampoco es entre una potencia media con capacidad militar y de inteligencia suficiente para plantearse una liberación por la fuerza. En estas negociaciones participan muchos intermediarios, líderes políticos locales, policías y militares de Malí o Mauritania, líderes tribales locales, sobre todo Tuareg. Y todos se llevan, tal vez merecidamente, su parte, obviamente.
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Pero ha habido algunos informes que hacen adivinar cómo se ha fraguado esta liberación. El País informaba de un juicio en el que se imponía una ridícula pena de 12 años de prisión a Omar Saharaui, uno de los secuestradores. Cinco días después nos informaba de la entrega a Malí del citado secuestrador ya juzgado y sin que haya ni petición de Bamako ni acuerdo de extradicción entre ambos paises del Sahel. Hoy, seis días más tarde se produce la liberación de los cooperantes españoles. No cabe duda de que hay un vínculo directo entre todos estos hechos. Además, como es habitual en estos casos, se habrá pagado una cantidad de dinero en metálico a AQMI para "agilizar" el proceso de liberación. Desde el Gobierno nos han dicho siempre que la premisa era la seguridad de los secuestrados. Está claro que esta seguridad se ha respetado y por ello en Moncloa se felicitarán por ello y nos dirán que ha sido un éxito. Yo digo que es mentira.
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Los dos cooperantes españoles han sido liberados sin aparente daño, además de los psicológicos que seguramente hayan podido sufrir. Pero esto no es un éxito ya que con el dinero que AQMI ha recogido de las arcas del Estado Español, es decir su dinero y el mio, estos terroristas argelinos comprarán armamento, munición y explosivos, planearán una operación con detalle y dentro de unos días o unas semanas, una patrulla del la policía argelina, o un gendarme o un grupo de militares del pais que nos vende el 60% del gas que quemamos en nuestras cocinas y calefacciones cada día, volarán por los aires. Unas viudas llorarán amargamente la muerte de sus maridos, unos niños verán un futuro aún más negro a orillas del Mediterráneo, unos vecinos se volverán a tragar su miedo y su desesperanza y no podrán dormir recordando los restos humanos humeantes y despedazados o aquella terrible explosión que dejó sin ventanas a todo un barrio.
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Pero todo esto ocupará, si es que aparece en nuestros diarios, un párrafo frio, breve y confuso citando a una agencia extranjera. En España esas muertes no serán nada. No habrán existido jamás. A pesar de que el Gobierno de España dice que ha cosechado esta tarde un "éxito" y que esas muertes han sido financiadas gracias a nuestros impuestos.