viernes, 27 de agosto de 2010

La cinta blanca de Michael Haneke

La cinta blanca ha sido la película ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes en 2009. De producción alemana fue dirigida por el también alemán Michael Haneke y narra la historia de un pueblo agrícola, luterano, aparentemente tranquilo, del norte de Alemania en las postrimerías de la Primera Guerra mundial.
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La acción, contada en pasado por el maestro del pueblo, une una serie de acontecimientos extraordinarios con los diversos personajes locales.
En la trama aparece la religión luterana, y por extensión todas las demás, como una caricatura, como una mezcla de mitos y ritos, religión sin Dios, férrea moral sin fe. En la historia se suceden varios accidentes, incendios, muertes, torturas, niños que desaparecen ... el enrarecido ambiente del pueblo, todo ello sin que nunca aparezca el culpable o se esclarezcan los hechos. Y es que la Cinta Blanca no es una película policíaca y el determinar quienes son los autores de los delitos que se cometen quedará abierto a las interpretaciones personales de cada uno, ya que eso no es lo importante. Es una película que no le dejará indiferente por que es una pregunta constante en busca de respuestas que sólo el espectador tiene.
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Lo importante es el retrato, bello y efectista, con el ritmo adecuado, en un espectacular blanco y negro que nos hace olvidar el color y su "necesidad", de una sociedad rural y pequeña con relaciones
difíciles entre vecinos, un pesimismo sobrecogedor, aderezado con un cruel realismo donde los niños son actores secundarios en un mundo de mayores. Pero donde esos niños son, quizás, los verdaderos protagonistas de la historia. Esos niños de entre 10 y 15 años en 1914 que serán los jóvenes que elevarán al poder a Adolf Hitler 19 años más tarde y los que, ya con 40 años, mirarán para otro lado, sin importar de nuevo quien sea el culpable, ante Treblinka, Dachäu o Auschwitz.

2 comentarios:

Viñamarina dijo...

Yo sólo he empezado a ver una película de Haneke, "Forbidden games" creo que se llamaba. Me salí en cuanto ví por dónde iba la cosa. Debo decir que también lo hice por no seguir soportando el hedor corporal del propio Haneke, sentado a mi lado. Fue en Graz, en una reunión de los seguidores de Girard.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Muchas gracias por su aporte Don Aquilino. No conocía los habitos higiénicos del teutón. Pero esta película, que a mi familia le pareció espantosa, a mi me cautivó de una forma especial.
Un saludo y gracias de nuevo
Abu