pupilas ardientes,
rostro fecundo,
colores calientes,
sonrisas forzadas
de inmensa tristeza.
Del párpado nace
con toda su fuerza
como agua de mar
dulzura distante:
la gota sagrada
que nace y que muere
en el mismo instante.
Mejillas mojadas
temor de un momento
diamantes que caen
y van a ese mar
de amargo tormento.
Yo quiero tomar
la joya más bella:
La gota sagrada
que nace y que muere
en el mismo instante,
con la que regar
la tierra más fértil
el más ancho valle
en cuyo horizonte
ya brilla una estrella
para que allí nazca
con fuerza inaudita
con frágil belleza
la flor de tu vida
sin pena ni angustia
la rosa más tierna.
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