El Almendro y la Espada de Agustín de Foxá

Agustín de Foxá, Conde de Foxá, ha sido ya objeto de atención en este Baluarte, debido a que ha sido, a su vez, objeto de "atención" por ciertos indocumentados totalitarios.

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Este hecho ha incrementado la notoriedad del autor cuyo 50 aniversario de su muerte se celebró recientemente con diversos actos académicos y culturales en toda España. Yo no me he querido sustraer a esta ola foxiana y, tras haber leído hace ya años diversas obras suyas como su imprescindible Madrid de Corte a Cheka, he adquirido una primera edición de su colección de poemas El Almendro y la Espada, publicada en San Sebastián en 1940. Al lado se pueden ver portada y portadilla del soberbio volumen que adorna ya mi biblioteca y que cuenta además con láminas que ilustran los encabezamientos de cada parte.

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La colección de poemas, en el que aprecio cierta influencia de Rubén Darío, se divide en tres partes, la primera es Breve romancero de la niñez, con la memoria de su pasado infantil y de sus primeros recuerdos madrileños, como El Retiro, Poemas románticos, entre los que se incluye el famoso Melancolía del desaparecer o el espléndido Toro en agonía, que con su guiño lorquiano se reproduce abajo, y por último la parte más larga, Cantos de guerra que incluye algunas piezas también memorables como el Poema de la antiguedad de España, dedicado a un "tanque" ruso destruido en el campo de Castilla o A la media España cautiva, dedicado a la España que estaba en el bando enemigo. La lectura de este libro garantiza una tarde memorable de belleza y recuerdo, de melancolía y esperanza.

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.......Toro en agonía

.......(La bestia, el tabaco, la herida)

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.....La espada fina, helando tus jardines,

.....pegajosos de entrañas. Por tus ojos,

.....nieblas sin rio. Tu bramar tenía

.....sollozo o amenaza. Un viento helado

.....ponía otoños a tus cuernos, leña

.....vieja ya, sin capullos de la herida.

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.....Envejecías por momentos; y eras

.....buey sin amor, nostálgico de arados.

.....Se doblaban tusa patas, bajo el vómito

.....de vinos y amapolas que abrasaba

.....tu morro azul, hinchado por la asfixia.

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.....Aún la capa traidora

.....te fingía molinos de escarlata,

.....rosas de azul, saltos, tabaco y oro.

.....En tu sueño de luna,

.....los caballos sin vientre te miraban

.....con un marfil marchito entre los ojos.

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.....Vacilabas, la tierra se movía

.....en el ruedo cuajaba una montaña

.....con cimas y barrancos; y viste pozos;

.....débil te sumergías lentamente

.....en barro de lagunas.

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.....¡De pronto! (eran las cuatro de la tarde)

.....vino el atardecer; se te apagaron

.....sin fresa de crepúsculos, los cielos.

.....Una arena sin malvas ni amapolas

.....te ardía en las pezuñas.

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.....Buscaste la madera de las tablas,

.....la madera maldita,

.....con números pintados.

.....Te apoyaste en astillas donde nunca

.....entró la primavera …

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.....¡Oh toro enorme, vacilante y noble!

.....Con ubre rosa en tu recuerdo y nata.

.....Toro de España, agonizante y ciego

.....Embistiendo a la muerte …