Abdellatif Kechiche es un actor, guionista y director de cine francés de origen tunecino que obtuvo éxitos en 2005, con La escurridiza, o cómo esquivar el amor y en 2008 con Cuscús. Ambas cintas obtuvieron el premio César al mejor director y a la mejor película. Esta película, la última que ha estrenado, es una adaptación de la novela
gráfica "Blue", de Julie Maroh, y obtuvo la Palma de Oro a la mejor película en el Festival de cine de Cannes de 2013, además de haber sido nominada a la mejor película extranjera para los Globos de Oro, los Goya y los BAFTA, además fue nominada para ocho César recibiendo sólo uno a la mejor actriz revelación, premiendo el gran trabajo de la joven Adèle Exarchopoulos. Todo ello a pesar de su metraje, superior a las tres horas, que es artificialmente excesivo.
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La vida de Adéle, cuenta la vida de la protagonista, que tiene el mismo nombre que la actriz que le da vida, y que tiene diecisiete años. Sabe que lo normal es
salir con chicos, pero tras algunas experiencias empieza a tener dudas sobre sus inclinaciones. Una noche conoce
a Emma, una joven con el
pelo azul, y se enamora inesperadamente de ella. La atracción que despierta en ella una mujer más madura y de más edad que ella y que le muestra
el camino del deseo, hará que Adèle empiece a sufrir problemas entre sus familiares y amigos y su vida comienza a ser inestable.
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La verdad es que la película, que es técnicamente buena y cuenta con unos actores excelentes a pesar de su juventud, está plagada de largas escenas de sexo explícito, lésbico en varias ocasiones. Tiene algo de artificioso, de impostura, de intento de manipulación sobre la "normalidad de la homosexualidad", a través de Sartre, además. En otros tiempos se hubiera clasificado como X, pero ahora... Película absolutamente prescindible.
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