viernes, 2 de noviembre de 2012

Skyfall de Sam Mendes

La última entrega de la saga Bond, Skyfall, está en cartelera. Como si de un rito se tratara me he acercado a las filas de la sala para adquirir mi entrada y mantenerme fiel al legado de Ian Fleming y a su personaje, con independencia del aspecto que adopte y de los parajes del globo que frecuente. Soy así.
.
Una vez más, no ya productores, director, Sam Mendes, actores como el "duro" Daniel Craig (o incluso un repelente Bardem) o especialistas en efectos especiales, sino el mito mismo, no ha defraudado. Y hemos volado de Estambul a Macao, Shangai, Londres y los Highlands, en Escocia. Nuevamente hemos salido vivos de puro milagro de persecuciones, tiroteos, trampas, traiciones y las peligrosas garras de varias féminas explosivas.
.
Exhaustos hemos regresado, en nuestras ensoñaciones, a casa donde ni Q, ni M, ni Moneypenny tienen ya un hueco y donde sólo Bond, James Bond, nos mantiene intacta la licencia para soñar.
.
Esta entrega me ha parecido especialmente entrañable (sí, no se sorprendan) por el guiño a la tradición, por recuperar el viejo Aston Martin DB5 de los viejos tiempos, los de la URSS y los de Roger Moore y Sean Connery. También por terminar por "métodos tradicionales" con la peligrosa y compleja amenaza cibernética a la que se enfrenta 007 y por dejar un hueco, bien que pequeño, para los sentimientos.

No hay comentarios: