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La opinión pública mundial alzó la voz ante la amenaza de destrucción de las estatuas y se multiplicaron las protestas ante semejante atropello que amenazaba con poner fin a un grupo escultórico histórico y que fue posteriormente, tras su efectiva destrucción, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003.
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Hoy en día, en otros lugares, supuestamente más desarrollados, abiertos y tolerantes como España, también comienzan a aparecer signos inquietantes de persecución religiosa que se materializa contra los símbolos cristianos, sean grandes o pequeños monumentos o la inocente presencia de los símbolos de la fe en lugares públicos como un simple crucifijo en un aula.
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En esta ocasión nadie, ni dentro ni fuera, alza la voz ante la destrucción callada, silenciosa, apenas perceptible, de los símbolos que tenemos por nuestros millones de españoles, destrucción que se lleva a cabo de forma sistemática por aquellos que perciben nuestra fe como una amenaza contra su poder. Poder que se inmiscuye cada vez más en los aspectos más íntimos y privados de la vida de las personas.
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Si todo sigue así, tal vez en el futuro tengamos que preguntarnos porqué ya no vemos en los cielos de España el alegre y colorido vuelo de las cometas.
1 comentario:
Tranquilo Abu, que seguro que Mayor Zaragoza ya esta haciendo gestiones para que la UNESCO proteja el Valle.........
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