Eric Hobsbawm es un veterano historiador británico, nacido hace mas de 90 años en Alejandría (Egipto) de familia alemana judia. Su formación es amplia, británica y alemana (vienesa y berlinesa), y su experiencia personal y académica inmensa, incluyendo el dominio de cinco idiomas, el español entre ellos y la comprensión de tres más, incluyendo el catalán. Es, según se dice, el historiador más leido e influyente del mundo. Puede ser.
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Hobsbawm se confesaba hace años marxista, pero dada su inteligencia y lo profundo que han sido sus estudios, seguramente habrá dejado de serlo. Si bien se considera, y como tal ejerce, de hombre de izquierdas, lo cual cuando se analiza la política internacional actual partiendo de la perspectiva que da el conocimiento de la historia, es un gran ventaja para sus lectores, que deben tener ese hecho en cuanta y aprovecharlo al máximo.
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Uno de sus últimos libros, quizás el más reciente, es una recopilacion de cuatro artículos o conferencias sobre el Imperio, el imperialismo y su futura supervivencia. Se han editado juntos bajo el título "On Empire: America, War, and Global Supremacy". En España no ha sido editado todavía.
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El primer artículo trata sobre el "siglo XX corto", que es que va del 1914 a 1989 y la dinámica de poderes que giraban sobre la idea de Imperio y cómo ésta se ha trasnformado pero no desaparecido. El segundo trata sobre la evolución de las guerras desde lo que el autor llama la "guerra de los 30 años", entre 1914 y 1945, la guerra fria y las nuevas guerras en las que existe una iode difusa sobre actores, territorios y tiempos. El tercero señala los enormes cambios que está sufriendo el mundo y cómo las sociedades se están trnasformando, aumentando la población urbana, reduciendose la vida rural y apareciendo riesgos y actores no estatales, lo que configura un entorno en el que el desarrollo de un imperio al estilo americano actual (se escribió esto a rebufo de Irak en 2003) se hace imposible. El cuarto y último ensayo, compara, tras un repaso a los factores que configuran el mundo desde 1950, y que complementa al anterior ensayo, al imperio británico con el americano, llegando a la conclusión de que el británico, a diferencia del americano no tenía en si mismo una vocación de poder global y de influencia en los demás. Los británicos conocían sus límites y por ellos sólo abarcaron aquello, enorme, por otra parte, que les daba beneficio y podían controlar. Los Estados Unidos, no.
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Hobsbawm hace en definitiva un inteligente estudio sobre los Imperios y su supervivencia que, se esté o no de acuerdo con su tesis, merece la pena ser leido con atención.
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