Hoy en Viernes Santo. Centenares de millones de personas en todo el mundo conmemoran hoy la muerte de Jesucristo, Hijo de Dios, Dios mismo, para redimirnos del pecado y para que comenzaramois una nueva vida de esperanza y amor, tanta veces truncada por el egoismo humano, que no es más que la pouesta en práctica de la libertad de la que Dios nos dotó.
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Cuando en España comienza la campaña de apoyo a la eutanasia, cuando la prensa nos presenta los casos dolorosos y extremos de otros, cuando ciertas asociaciones, grupos y partidos, secuestrando la voz del pueblo nos presentan como un clamor popular la necesidad de una ley qyue regule o autorice la muerte de los ancianos, de los que sufren o de los que, simplemente desean inhibirse de un mundo que se les hace pesado o poco llevadero, suge con fuerza, con la fuerza moral de la Razón y de la Libertad, la voz de Roma, y lo hace en estos dias en que la muerte de un hombre centra la vida de millones de personas en todo el mundo.
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S.S. el Papa Benedicto XVI, nos dice en la meditación mariana del Ángelus del pasado 9 de marzo que La muerte física es un sueño del que Dios puede despertarnos, su declaración tiene incluso más valor cuando acaba de ser amenazado por ese falsario y asesino llamado Osama ben Laden.
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El texto de dicha meditacion, que merece la pena ser leido aquí, ha sido publicado por el Osservatore Romano en su edición española.
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