domingo, 7 de octubre de 2007

Advertencia en Canarias

Hoy, el ABC publica hoy este Editorial. No lo añadiría a este blog si no fuera porque es la segunda vez que oigo en poco tiempo algo sobre el peligro del independentismo canario. Casi siempre que ha aparecido un fenómeno similar suele venir impulsado por intereses exteriores que nada tienen que ver con Canarias, como cuando apareció en 1974 el independentismo en las Azores, de mano americana, y por las mismas fechas en Canarias de la mano del pro-argelino Cubillo. Grupos como FREPIC-AWAÑAC ya eran activos (e ignorados) en los primeros años 90. el apoyo exterior, desde tierras cercanas, no se pueden ignorar ni descartar.
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En la foto inserta (tomada en 2001 por Reuters y para nada trucada) se ve al entonces líder la la oposición en una entrevista con el Rey de Marruecos. En el entorno nada es casual y si se fijan, en el mapa del fondo, las islas Canarias están en el mismo color que el terrotorio soberano (más el Sáhara) de Marruecos, siguiendo el sueño del "Gran Marruecos", proyecto de Allal al-Fassi fundador, por cierto, del parido Istiqlal en el poder en el Reino Alauita desde el pasado 7 de septiembre en el que una fraudulentas -no se esperaba otra cosa- elecciones le dieron la victoria. Este es un punto importante sobre el que reflexionar.


El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, se ha tomado en serio los movimientos de reorganización de pequeños grupos independentistas en las Islas Canarias. Su presencia política es tan ínfima como sus resultados electorales -ni un diputado, ni un concejal, ni un representante- y tienen en contra la indiferencia prácticamente unánime de la sociedad canaria, en la que no hay problemas de identidad, porque el nacionalismo no los plantea, ni disputas por los símbolos nacionales, pues la bandera española ondea en todos los edificios. Sin embargo, tengan más o menos viabilidad estas minúsculas manifestaciones nacionalistas, lo cierto es que se está formando un clima propicio a la difusión de mensajes extremistas, entre los que pueden estar los que postulen la independencia de Canarias como supuesta reacción a una política de abandono hacia las islas. Puro victimismo que, sin embargo, no debería ser la excusa para despreciar el efecto que produce el problema migratorio, tan presente en la vida de la sociedad canaria y que tanto pone a prueba la relación del Estado con esta comunidad, tanto en eficacia administrativa como en pura solidaridad entre las regiones. También influye la polémica sobre las reformas estatutarias, culminadas en otras comunidades, pero bloqueadas en la canaria, lo que se une al sentimiento de agravio por el trato privilegiado que han recibido Cataluña y Andalucía en los presupuestos del Estado.

Una visión victimista e irracional de estos problemas -que tampoco son exclusivos de las Islas Canarias-, junto con el factor insular, son las causas de este mínimo repunte independentista, cuya importancia no es cuantitativa, en absoluto, sino como indicio novedoso, después de un largo tiempo de ausencia total de noticias sobre el independentismo canario, desde que su histórico -y solitario- líder, Antonio Cubillo, pusiera fin a las actividades del MPAIAC (Movimiento para la autonomía e independencia del archipiélago canario). Su proyecto de «Constitución para la República Federal Canaria» es, simplemente, un patético producto de ignorancia histórica y de lamentable desconocimiento de la realidad de su propia comunidad. Ahora, grupos como el Congreso Nacional Canario pretenden reverdecer el nunca exitoso soberanismo de las islas. La financiación de estos grupos debería ser objeto de un control estricto, porque la desestabilización de Canarias no ha dejado de ser un factor en la agenda de países vecinos. Comparado con los soberanismos vasco, catalán o gallego, no hay motivos para preocuparse por el independentismo canario, pero ya está lanzado desde el Gobierno insular el aviso de que ciertas políticas erróneas sobre inmigración, el modelo de Estado, la identidad nacional o sus símbolos son caldo de cultivo para efectos indeseables.

3 comentarios:

Basho dijo...

Pues así parece ser España: Todos nos peleamos, discutimos sobre que tan bien nos iría de irnos de la casa pero seguimos en ella. Exceptuando a los Vascos no veo muchos progresos para los independentistas en el futuro...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Viva Canarias Libre

Anónimo dijo...

¿Creen que el indepenismo canario es minoritario? Las cifras lo estiman en un 25% de la población. Lógicamente estamos demasiado divididos, y con este sistema electoral es difícil que saquemos un sólo escaño. Pero gracias a la ayuda de nuestros colonos, que sólo consiguen generar rechazo con su actidud menospreciativa, acabaremos siendo mayoría.Yo era bastante negativo en cuanto a nuestro futuro y ahora estoy embriagado de optimismo. Tiempo al tiempo.