Memoria histórica y 2. Anastasio Díez García, Emilio Camino Noval y Felipe Barba Chamorro

Gracias a OMPRESS-MADRID que es la agencia de prensa de las Obras Misionales Pontificias, he recibido los perfiles de varios sacerdotes asesinados que fueron antes misioneros en paises lejanos acercando el Evangelio de Cristo a los más pobres. Estos testigos de la fe llevaron la palma del martirio por amor al Evangelio. Son 498. Estos 5 (3 en este post y dos en el anterior) son sólo una muestra del testimonio de tantos misioneros, sacerdotes, religiosas y seglares que lo dan todo, incluso la vida, por los demás y que, además, y esto es lo más importante, murieron por AMOR.

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No cometamos el error, muy humano, por cierto, de comparar estos luctuosos hechos con determinadas iniciativas legislativas recientes ya que la diferencia es meridiana. Uno es un acto supremo de AMOR mientras que lo otro es un acto supremo de RENCOR. Piensa en cristiano y no te dejes arrastrar por la masa. Reza y disfruta de la vida haciendo el bien a los demás, y si ladran... señal de que cabalgamos.

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Anastasio Díez García, de la Orden de San Agustín, nació el día 21 de enero del año 1877 en Quintanilla de Vivar (Burgos). Profesó en Valladolid el 9 de septiembre de 1893 y recibió la ordenación sacerdotal el 26 de agosto de 1900. Terminada la carrera y celebrada su primera Misa, fue destinado a la República del Brasil, donde estuvo casi treinta años desempeñando el ministerio pastoral en diversas parroquias. A su regreso a España vivió algún tiempo en Gijón y luego pasó a la Casa-Enfermería de Caudete (Albacete), donde le sorprendió la persecución religiosa.

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Fue detenido el 23 de julio de 1936 y martirizado con sus hermanos el día 5 de agosto, en Fuente la Higuera (Valencia). Tenía 59 años de edad.

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Emilio Camino Noval, de la Orden de San Agustín, nació en Castiello, Valdesoto, Siero (Asturias), el 9 de octubre de 1877. Profesó en Valladolid el 10 de octubre de 1893 y fue ordenado presbítero el 22 de septiembre de 1900. En mayo de 1901 salió rumbo al Brasil y el 17 de febrero de 1903 pasó a la República Argentina. Quebrantada su salud, regresó a España en mayo de 1907. Pasó por las Residencias de Gijón y Madrid, y por las casas enfermería de Novelda y Caudete. Fue luego al colegio-seminario de Uclés (Cuenca) hasta que en 1929 lo destinaron al colegio San Agustín de Ceuta, y en 1932 volvió a Caudete. Es aquí donde le sorprendieron los tiempos de la gran persecución religiosa.

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Dado su estado de salud, el padre Superior le ordenó refugiarse en casa del lechero, junto con otro religioso de la comunidad, pero, al igual que los demás, fue detenido y conducido a la cárcel, de donde salió, juntamente con sus hermanos de religión, el 5 de agosto al alugar de la inmolación, en el lugar llamado Partida de Madariaga de Fuente la Higuera (Valencia). Tenía 58 años.

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Felipe Barba Chamorro, de la Orden de San Agustín, nació en Pozo Antiguo (Zamora), el 5 de febrero de 1873. Profesó en Valladolid el 10 de septiembre de 1889. Recibido el diaconado, marchó a Filipinas, donde fue ordenado sacerdote el 29 de febrero de 1896. Dos años estuvo regentando una parroquia hasta que cayó prisionero de los que luchaban por la independencia. Liberado después de varios meses, volvió a España, pasando los años en varios conventos y residencias, cumpliendo en todas como hombre trabajador y religioso observante, hasta que, por su delicada salud fue destinado a la casa de Caudete.

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Detenido, junto con sus hermanos religiosos, el 23 de julio de 1936, fue martirizado en el término municipal de Fuente La Higuera (Valencia) el día 5 de agosto. Tenía 63 años.