viernes, 18 de agosto de 2017

Sully de Clint Eastwood

Intentar explicar quien es Clint Eastwood parece ocioso en este baluarte que ya le ha presentado como director de películas como, entre otras, Gran Torino o El francotirador, en las que una persona aparentemente normal se convierte, de repente en un héroe. Esta película que hoy se presenta vuelve a traer al héroe involuntario. Una producción muy bien resuelta estrenada en 2016 y que se introduce en aspectos poco conocidos de un hecho que se hizo muy popular cuando el piloto Chesley Sullenberger aterrizó de forma poco habitual en enero de 2009. La película tuvo un notable éxito y fue nominada para varios premios, incluido un Oscar menor, a los efectos sonoros. La actuación de Tom Hanks muy bien caracterizado es magnífica.
.
Sully cuenta parte de la historia del piloto Chesley “Sully” Sullenberger que es un piloto de líneas aéreas que en 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió irreparablemente al chocar contra una bandada de pájaros y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno y helado río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo. La historia se centra en la comisión de investigación de accidentes aéreos que busca identificar si el amerizaje era la única opción y buscar un posible fallo humano.
.
La historia bien conocida del vuelo 1549 de US Airways se muestra junto a la historia oculta de los intereses de las aseguradoras, las líneas aéreas y otros organismos que tienen intereses que podrían colisionar con la verdad. Siempre ha sido así, por eso esta película, que deja un buen sabor de boca, nos permite asomarnos a ese mundo desconocido.

2 comentarios:

José Antonio Martínez-Climent dijo...


Vista ayer. Me llama poderosamente la atención que Clint Eastwood repita una y otra vez el tema de fondo en no pocas de sus películas (la penúltima que vi, "Golpe de efecto", 2012), a saber, el cerco al que la técnica, a través de su vicario el especialista, somete en estos tiempos a la persona singular, cerco al que sigue el desprestigio, la incredulidad en la palabra dada, la rendición obligatoria al informe del técnico, la denigración pública, el descrédito, y hasta la pérdida de los escasos bienes acumulados durante una vida de trabajo, todo ello mediando un fúnebre cortejo judicial y moral.

Eastwood debe de ser el último o uno de los últimos que con toda sencillez y con toda claridad afirma en sus obras que la deshumanización la produce no tanto el desigual reparto de la riqueza como el sometimiento de la persona a la máquina: y la máquina por excelencia es el Estado Socialista.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Bien visto y muy de acuerdo, sobre todo por un tecnófobo como yo.