sábado, 19 de junio de 2010

El último viaje de José Saramago

El escritor portugués José Saramago murió ayer en Lanzarote, la tierra que adoptó como propia sin renunciar por ello a su profunda alma lusitana. Fue el primer Premio Nobel de Literatura portugués y ello le lanzó a una fama internacional que, al menos en España, era limitada. Ello a pesar de que los premios Nobel no galardonen siempre a los mejores, como atestigua el hecho de que Borges o Greene nunca hayan visitado Estocolmo vestidos de chaqué, o el que la mayoría de los portugueses consideren, sin duda, como al mejor escritor lusitano vivo a Antonio Lobo Antunes.
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Saramago siempre se confesó comunista y ateo y siempre hizo gala de ello, como vemos en la foto abrazando al tirano de La Habana. Como muestra les cito dos frases del difunto para que vean, siquiera en retazos imperfectos, lo que pensaba:
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"No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la Historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen los unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona" .
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"Cada miembro de la Conferencia Episcopal es un inquisidor en potencia. A la Iglesia le gustaría volver a los felices tiempos de la alianza entre el trono y el altar. Entonces tendríamos al cardenal Rouco Varela en el papel de un Richelieu de vistas cortas aplicando, sin mirar a las consecuencias, las nefastas ideas de su mentor Ratzinger".
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Como ven, la coherencia, al menos al aplicar el concepto de "tolerancia", no era su fuerte. No obstante, casi con certeza como ha sido, según él mismo reconocía, una buena persona y no tenemos criterios para negarlo, ya estará disfrutando de la presencia del Buen Dios que a su vez disfrutará de su buena pluma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como muitos outros Prémios Nobel, cairá no esquecimento da História e não fará falta nenhuma ( sou muito má).Desculpem os seus familiares e amigos que com certeza sentirão a sua falta.