lunes, 22 de junio de 2009

Nostalgia de la Carta de Ajuste

No vayan Vds. a pensar que lo que yo echo de menos es sólo Bonanza, los Hermanos Malasombra o Rin Tin Tin, que en efecto así es, o que lo que añoro son mis años mozos, en los que no había problemas con mi cabello huidizo o con esas molestias que son simplemente "por la edad", que también me causan cierta melancolía. Tampoco echo de menos eso de que a las 12 de la noche, más o menos, sonara el himno nacional en todas y cada una de las televisiones de España, que tampoco estaba mal.
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Yo de lo que siento nostalgia es precisamente de lo que había justo después del himno. Aparecía ese gran círculo rodeado de cuadraditos de colores, o incluso en blanco y negro, que también, ay, lo recuerdo.
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Si. Siento nostalgia por la Carta de Ajuste, ¿se acuerdan de esa cosa tan aburrida? Más bien lo que añoro es aquello que su desaparición trajo consigo, y nada tiene que ver, se lo aseguro, con las innovaciones técnicas que hicieron del "ajuste" de los televisores algo innecesario.
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Hasta hace unos 20 años, a partir de finales de 1989 y comienzos de 1990, que empezaron a emitir en abierto Tele 5 y Antena 3 y "sólo para abonados" Canal + existía el monopolio televisivo del Estado y el duopolio de la Primera cadena y de la Segunda, o, más en castizo, de la VHF y la UHF.
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Este hecho hizo que comenzara una tremenda competencia por eso que llaman el Share (pronunciado xare) y que las emisiones de televisión sean de 24 horas sin descanso y sin dejar de emitir programas que, a partir de la una de la noche, comienzan a ser del tipo tele tienda o series malas. Aunque, bien es verdad que es a las tres de la noche cuando la 2 solía poner las mejores películas y conciertos.
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Los programas que más atraen la atención del público, independientemente de su calidad, utilidad o moralidad, los sitúan las cadenas de televisión en el llamado Prime Time que en España va de las 10 de la noche y la una de la madrugada, haciendo con ello que los españoles, "enganchados" a estos programas, trasnochen, rindan poco en su trabajo, acostumbnrten a sus familias, sobre todo a los niños, a trasnochar rindiendo poco o nada en sus estudios, aumentando de forma progresiva, que se multiplica el fin de semana, el cansancio y la irritación, olvidando además la lectura, la charla o el paseo por simple incapacidad física.
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Si volviera a haber carta de ajuste o, al menos las autoridades forzaran a que las compañías cambiaran su tiempo de máxima audiencia llevándola dos horas antes de la actual, ganaríamos todos. No lo duden.

2 comentarios:

Antonio dijo...

Buena idea, pero es prioritario que las autoridades controlen lo que se emite en tv. Sin ser moralista, creo que hemos llegado al grado más bajo de decadencia ante lo que la tele escupe. Es la máxima expresión de la sociedad en que vivimos. Y así nos va.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Si nos pusieramos a hablar de calidad, moral o gusto de los contenidos, esto daba para una enciclopedia. Por ahora me conformaría con que cambiaran los horarios.