Irán mira su futuro con angustia

Tanto el Presidente Mahmud Ahmadinejad como su principal oponente el candidato reformista Mir Hossein Musaví afirman ser los vencedores de las elecciones que se han celebrado el 12 de junio en Irán. Ha habido una muy alta participación, lo que demuestra que el pueblo iraní es políticamente maduro y responsable, más quizás que los de algunos paises europeos que en las pasadas elecciones europeas dieron muestras de agotamineto.

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Musavi, a quien se ve en la foto en un cartel electoral es el líder de la llamada revolución verde que pretende tomar las riendas de un pais colapsado por la crisis económicas y por una serie de medidas erróneas tomadas por la administración Ahmadineyad.

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Los primeros resultados parecían indicar que Ahmadinejad iba en cabeza con un 69% de los votos mientras Musaví, tenía un 28% tras el escrutinio de sólo un 20% de los votos emitidos. Con el 47% de los votos, los resultados eran de 67% y 30% respectivamente. Con el 61% escrutado los resultados eran 66% y 31%. La agencia nacional iraní, IRNA hace un seguimiento permanente de los resultados. El escrutinio no será especialmente lento pero aunque estos primeros resultados podrían parecer significativos, debido a que son estos primeros resultados los provenientes de las zonas rurales, podrían estar ofreciendo unos resultados parciales irreales que favorecen claramente al actual Presidente, siendo en las grandes ciudades, sobre todo Teherán, donde los reformistas tienen su auténtica fuerza y sus votos se contarían al final. Con escrutinios más avanzados las diferencias deberían acortarse. Parece ser que el recuento será laborioso y está siendo, en cierta forma, caótico. Ya hay acusaciones de fraude flagrante. Si los reformistas consideraran como fraudulentas las elecciones y decidieran seguir su revolución verde en las calles la situación podría ser peligrosa en una Persia que intenta mirar al futuro con sus propios criterios.

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Occidente ha cometido hasta ahora con Irán todos los posibles errores. Es hora de pensar en el futuro de Irán, cuya estabilidad y prosperidad es clave para Asia y para el Mundo. Hay que dejar de hacer política oriental mirando a Washington, Bruselas o Madrid. Sean o no ciertos los resultados que dan a Ahmadineyad la victoria, y a falta del veredicto final de los Guardianes de la Revolución, deberíamos preguntarnos, ¿no es Occidente culpable de arrinconar a Irán y generar un sentimiento de defensa ante lo que consideran un verdadero ataque?

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En Teherán, Bagdad o Kabul es donde en el momento presente nos jugamos nuestro futuro, también en Argel, Casasblanca, Tánger o Lavapiés... No pretendamos que Irán sea una democracia liberal, por que ni quiere ni necesita serlo. Dejemos que un viejo país que dominó medio mundo sea capaz de valerse por si mismo y decidir su futuro. Son suficientemente sabios como para saber lo que les conviene.