Latigazos liberales, latigazos "progresistas"

Llevo semanas inquieto. Extrañas noticias se suceden como en una pesadilla de serie B, como en una de las peores películas subvencionadas, sólo que esta se emite en todos los cines, empresas, bares y calles de España. Oigo comentarios virulentos, se aprueban decretos-leyes que limitan nuestra capacidad económica y como una marabunta centenares, no más, de personas salen a las calles a gritar contra las medidas del gobierno, y este órgano, elegido por los españoles, es incapaz de hacerse entender por sus gobernados y seguimos indignándonos por cosas que nadie nos explica y no somos capaces de entender y por tanto todos, y aquí el todos no es una burda generalización, copian eslóganes salidos de las calderas de los partidos. Esos que han demostrado ser capaces de meternos en la peor crisis de las últimas décadas pero incapaces no ya de sacarnos de ella sino incluso de saber qué es lo que pasa y cómo se sale de esto. Entretanto, como si de latigazos se tratara, me entero de que pasan cosas como estas:
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Unos comunistas saquean un supermercado y no pasa nada. Bueno sí que pasa y es que hay personas que los justifican y les aplauden... hasta que les toque a ellos, claro. Entonces reclamarán, indignados, que actúe la fuerza pública para defender su propiedad... En España, se está produciendo un hecho tremendamente peligroso y es que cuando un delito lo cometen más de diez personas deja de serlo. Cuando la propiedad privada está en cuestión sólo queda protegerse de los nuevos vándalos, esos que se llaman "progresistas".
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España empieza a arder por los cuatro costados, en medio de una relativa sequía. Parece que los pirómanos, a quienes nunca vimos las caras ni los motivos, hacen horas extras en lo que parece parte de una lucha contra el Estado pero que es, realmente, contra todos, sobre todo contra nuestros nietos. Todo empezó cuando Perich, un comunista, hizo aquel chiste, reído entonces por (casi) todos, de "Cuando el monte se quema algo suyo se quema... Señor Conde". Y en esas seguimos... riéndonos entre la ceniza de nuestros bosques.

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Hoy leo un titular en el País que me hiela el alma. Es una frase de una estudiante de 19 años que dice: "Me insulta saber que haya hogares donde se cobren sueldos de 8.000 euros"... Hay personas que no soportan las desigualdades por pura envidia. Es decir, el mérito y el esfuerzo no valen, sólo puedes ganar la media que esta, imagino, compulsiva tecleadora de Blackberry, determine para no padecer el gran pecado capital español: la envidia. No es el mejor camino y ojalá pudiera yo "insultarla" el doble.

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A personas que me parecían sensatas, pero que quizás nunca lo fueron, les oigo con preocupación reclamar la acción decidida, violenta y revolucionaria contra el sistema liberal... Personas que no soportan la dictadura ni el golpismo que les resulta poco propicio pero cuando ven el resquicio sale el stalinismo que nunca se curaron del todo...

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No pinta bien la cosa ya que algunos, a ambos lados de la pocilga política aprovechan para llevarse el ascua a su sardina. Ya sea para  acabar con derechos sociales básicos y cerrar empresas sin contar con su responsabilidad  social; sea para reclamar la pervivencia de un sistema de empleo público insostenible o el del modelo educativo que ya nació muerto (de hecho, era un cadáver francés cuando se adoptó en España allá por los años 1980), y que ha demostrado, con creces, su ineficacia, o para reclamar que sea el estado el que piense, diga y haga por nosotros, convertidos todos en miembros de una suerte de orweliano cuerpo de consumidores-funcionarios con libertad de expresión pero sin libertad de pensamiento.