El legado de Bourne de Tony Gilroy

No dudé ir a ver esta película que continúa la serie de Bourne, el agente especial de la CIA que escapa al control de "la granja" y que es escusa para películas de acción trepidante y lucimiento de actores y especialistas y para reto de los creadores de efectos especiales. Todo en esta cuarta cinta, El legado de Bourne, dirigida por Tony Gilroy está muy bien llevado y conseguido sabiendo que la realidad está permanentemente ausente de las escenas que parecen de la vida misma. Esta nueva entrega no ha sido diferente en las escenas de persecuciones por las calles de Manila, pero si que hay dos diferencias esenciales: Jason Bourne no aparece, lo cual parece una triquiñuela para prolongar la serie ad nauseam; la segunda diferencia es la sarta de largas disquisiciones pseudocientíficas que sobran, alargan la película sin aportar nada de interés a la trama.

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Al final unos agente de un proyecto de la CIA que a base de pastillas les dan unas capacidades físicas y psicológicas excepcionales, pero... han de acabar con ellos y como era de esperar no lo consiguen para que así Bourne pueda seguir vendiendo entradas por el mundo.