A tu vera crece el olmo
generoso y rubio el trigo,
cuyo alma arrancará
la mano noble y experta
quebrada por el calor
y los hielos de tu vega.
Con tu agua sacan vida
de la viña alimentada,
como matrona terrera,
gozosa dará su fruto
que nacerá de esta tierra
y el elixir de sus granos
mudará en un agua eterna
para solaz de tus gentes,
para que alaben a Dios.
De tus fuerzas hacen luz
pero pierdes según creces
el vigor de tu carrera
y ya lusitano mueres
en un lejano poniente,
donde Castilla es recuerdo
donde tu dulce sabor
es memoria de otro tiempo.
Ayer Machado tomó
de ti, su gélido espejo,
memoria, musa y pasión,
palabras de gran respeto.
Hoy te vengo yo a decir
con torpeza de juglar
que siento en mi tu caudal.
Mi sangre, cauce prestado
te roba vida al mirar
con memoria demudada
el recio y firme marchar
de tus huestes victoriosas
que raudas van hacia el mar.
Fuiste barro, sangre y hielo,
historia, sonrisa y muerte.
te recuerdo como siempre
con un cierto cansado anhelo
Hoy te miro, Duero amigo
viejo río dolorido
tranquilo, frio y cercano,
vivo, eterno y siempre mío.
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