Kim Philby, el caballero de la foto, fue dirante años uno de los principales agentes de la contrainteligencia británica en los años 40 y 50. Comenzó como corresponsal de guerra para The Times de Londres, en la Guerra de España, donde fue condecorado personalmente por el General Franco por su apoyo a la causa nacional.
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Durante la Segunda Guerra Mundial, jugó un papel importante desde las sombras para derrotar a la Alemania Nazi. Posteriormente, en los primeros años de la guerra fria trabajó para la inteligencia británica, SIS, también conocido como MI6, y para MI5, o servicio de seguridad. Sus cometidos los desempeño con la plena confianza de sus jefes en Londres, Turquía y los EEUU.
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A mediados de los años 50 surgieron dudas sobre si había trabajado para la inteligencia soviética, cosa que tras un largo periodo de investigaciones, en el que fue apartado del servicio e indemnizado con 4.000 Libras esterlinas, fue considerado "limpio". Su caso fue incluso objeto de debates en la cámara de los Comunes.
A partir de los últimos años 50 se desplazó a Beirut desde donde, en enero de 1963, desertó y se pasó a la Unión Soviética, potencia para la que llevaba trabajando, por convicción ideológica desde los años 20 en que fue reclutado en Cambridge, cuando era un joven estudiante.
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My silent war, es su autobiografía, escrita desde la URSS donde nos cuenta sus peripecias para alcanzar el puesto de más responsabilidad para "contrarestar" el espionaje soviético en Occidente. Para muchos es un traidor de la peor clase, para otros un héroe (de la Unión Soviética), para otros fue un agente encargado de romper la oposición izquierdista moderada y trostkista al comunismo soviético, como en España los casos Nin o Zugazagoitia...
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De lo que no cabe duda es que Kim Philby fue, sin lugar a dudas, una mente privilegiada capaz de vivir su propia contradicción vital con elegancia sirviendo a quien se sentía ideológicamente unido sin cobrar por ello un sólo penique. Para los interesados en conocer una parte vital de la guerra fria y de la diplomacia secreta, este libro no les dejará frios.
2 comentarios:
Sobre Philby, Abu, recuerda que son "sus" memorias. El pago recibido en poder y su disfrute fue enorme, tan enorme como las sucesivas traiciones que acumuló en su haber. Al final, se redujo a la vodka.
Cientos de miles murieron por su culpa.
De acuerdo Jorge. Pero si te pones en los zapatos de Breznev, Jruchev o incluso Putin, admitirías que fue un heroe. A miles de años luz ideológicos de distancia, se advierte un idealista (equivocado) y con una inteligencia impresionante.
Gracias
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