Desde que presto atención a lo que pasa en el Reino Unido he sido consciente de que la prensa española publica con una regularidad casi diaria noticias sobre los aconteceres en esta isla.
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Si tenemos en cuenta que este Reino es la 5ª potencia económica mundial, una potencia militar nuclear, un referente cultural y una auténtica potencia en materia de educación, los motivos serían más que suficientes para dedicarle atención. El problema surge cuando leemos, no sin cierta verguenza, el jaez de ciertas "noticias" que para los británicos pasan absolutamente inadvertidas por su irrelevancia y estolidez mientras en España ocupan la portada de ciertos medios digitales que hacen un ejercicio de papanatismo aldeano que me genera un tremendo alipori.
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Hoy El Mundo, por ejemplo, nos informa de que "El Principe Carlos de Gales va a proteger los pubs rurales". Hace unos meses nos informaban de que "Los Principes Harry y Guillermo (en vez de William, y no sé porqué) habían gastado una broma a su abuela, Isabel II (N del B: nuestra inefable Chabeli Windsor), al cambiarle el mensaje del contestador automático de su teléfono". ¿Vds lo entienden? ... Otras veces, en cambio, nos han mantenido al día de los lios de faldas de perfectos desconocidos/as. Si toca hablar de la fallecida "Lady Di", la situación es incluso peor. La falta de rigor, incluso cuando hablan de estas irrelevancias, asusta.
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Si tenemos en cuenta que este Reino es la 5ª potencia económica mundial, una potencia militar nuclear, un referente cultural y una auténtica potencia en materia de educación, los motivos serían más que suficientes para dedicarle atención. El problema surge cuando leemos, no sin cierta verguenza, el jaez de ciertas "noticias" que para los británicos pasan absolutamente inadvertidas por su irrelevancia y estolidez mientras en España ocupan la portada de ciertos medios digitales que hacen un ejercicio de papanatismo aldeano que me genera un tremendo alipori.
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Hoy El Mundo, por ejemplo, nos informa de que "El Principe Carlos de Gales va a proteger los pubs rurales". Hace unos meses nos informaban de que "Los Principes Harry y Guillermo (en vez de William, y no sé porqué) habían gastado una broma a su abuela, Isabel II (N del B: nuestra inefable Chabeli Windsor), al cambiarle el mensaje del contestador automático de su teléfono". ¿Vds lo entienden? ... Otras veces, en cambio, nos han mantenido al día de los lios de faldas de perfectos desconocidos/as. Si toca hablar de la fallecida "Lady Di", la situación es incluso peor. La falta de rigor, incluso cuando hablan de estas irrelevancias, asusta.
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Lo llamativo del caso es que, casi siempre, en esos momentos en este Reino se está produciendo un debate social o político sobre algún asunto interesante o se comenta algún acontecimiento que afecta (o puede afectar) directamente a España, como es el caso del caos tras la inauguración de la T-5 de Heathrow, del que acusa la prensa local, entre otros, a BAA (el equivalente a nuestro AENA) en manos de la española Ferrovial. Pero de eso, no busquen... la prensa española se alimenta sólo de absurdos chascarrillos. Quizás, es sólo el reflejo de lo que consume una sociedad chiki-chiki...
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La verdad es que la calidad de la prensa española es muy baja cuando se compara con los periódicos y emisoras serias de este Reino que, no siendo mayoría, son un referente mundial. La BBC, The Times, The Guardian o el Telegraph marcan la pauta. Mientras El Mundo, por ejemplo, se va convirtiendo cada vez más en un casposo tabloide hispano sólo a la altura de la sociedad mal informada y peor educada en que se está convirtiendo España. Eso sí, perrea, perrea...
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La verdad es que la calidad de la prensa española es muy baja cuando se compara con los periódicos y emisoras serias de este Reino que, no siendo mayoría, son un referente mundial. La BBC, The Times, The Guardian o el Telegraph marcan la pauta. Mientras El Mundo, por ejemplo, se va convirtiendo cada vez más en un casposo tabloide hispano sólo a la altura de la sociedad mal informada y peor educada en que se está convirtiendo España. Eso sí, perrea, perrea...
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