Hace muchos años, casi tantos como los de este libro, tuve ganas de leerlo. Y quería porque sabía este libro hablaba en cierta forma de mi, de mi historia, de paisajes y gentes en quien me vería reflejado. Pero sabía poco de él. De hecho daba por supuesto que era una novela más o menos larga y para mi sorpresa es un relato del quehacer profesional de los corresponsales de guerra y editada además en un volumen de 140 páginas en esta edición de Ollero y Ramos.
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Este libro es un homenaje de su autor, Arturo Pérez-Reverte a sus colegas periodistas de guerra y en concreto a José Luis Márquez a quien va dedicado. Territorio Comanche cuenta la historia de dos corresponsales de guerra españoles en la guerra de Bosnia de 1993, Márquez y Barlés. Pero con la excusa de esta pareja de experimentados y bragados periodistas, Pérez-Reverte nos cuenta historias similares de Nicaragua, Iraq o Líbano en la que otros corresponsales arriesgaron su vida, y otros la perdieron, para que aquí pudiéramos tener las imágenes o las fotos en tiempo casi real de los lejanos conflictos en que trabajaban. Aparece entre los vivos, por ejemplo, Julio Fuentes, que moriría en Afganistán siete años después de publicarse este libro.
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La escritura directa, sin tapujos y sin dejar títere con cabeza (como la de la "Niña Rodicio") no deja de sorprenderme y agradarme. Pero además, su lectura, que duró menos de lo que quería, me transportó a otros tiempos a otro lugar y me hizo recordar momentos únicos de mi vida, de hace ya veinte años. Los viejos buenos tiempos de lágrimas y orgullo, de muerte y camaradería.
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La escritura directa, sin tapujos y sin dejar títere con cabeza (como la de la "Niña Rodicio") no deja de sorprenderme y agradarme. Pero además, su lectura, que duró menos de lo que quería, me transportó a otros tiempos a otro lugar y me hizo recordar momentos únicos de mi vida, de hace ya veinte años. Los viejos buenos tiempos de lágrimas y orgullo, de muerte y camaradería.
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