Hace unos días volví a pasar por Buçaco, o Bussaco, como escribían antes los propios portugueses. Buçaco es un bosque situado en una zona montañosa al norte de Coimbra y que fue escenario de una batalla contra las fuerzas francesas en la guerra peninsular, que al pasar la frontera, allá por Ciudad Rodrigo, se convierte en Guerra de la Independencia.
.
La primera vez, formando parte de un grupo familiar en peregrinación a Fátima pasando unos días inolvidables, de turismo, charla fraterna y fe. Allí nos alojamos en el hotel que hay en el Parque, de una recargada con mezcla de estilos arquitectónicos y un ambiente señorial y sencillo a la vez, tan sólo perturbado por ramilletes de turistas japoneses y americanos que a duras penas alcanzan a entender el entorno, la historia y los porqués lusitanos.
.
Allí volví, nuevamente en familia, en un grupo mucho más reducido, de dos, y regresamos a recordar viejos tiempos que no volverán, pero también a crear otros momentos que serán recuerdos que se sumen a los anteriores enriqueciendo ambos.
.
El paseo entre los árboles del bosque en que está situado el hotel permitió unos momentos de paz, buenas vistas y ejercicio muy saludables, como preparación para una cena evocadora.
.
Ya sentados en una mesa del comedor de decoración manuelina pedí, en inmejorable compañía, una botella de Vinho tinto de Buçaco, Reservado de 2007. De todos los recuerdos de aquel viaje primero de hacía quince años, y mezclado con todas las sensaciones descritas arriba, recordaba haber probado un vino que se producía y se vendía en exclusiva en este Hotel. Así sigue siendo.
.
Y allí disfruté esa noche del sabor de un excelente y exclusivo vino mientras veía el sol, el mar y el Cielo a través de unos ojos que parecen ventanas a la eternidad.
.
Y allí disfruté esa noche del sabor de un excelente y exclusivo vino mientras veía el sol, el mar y el Cielo a través de unos ojos que parecen ventanas a la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario