Barry Lyndon de Stanley Kubrick

La larga duración de esta película ha sido muchas veces obstáculo para poder disfrutar de ella. El genial Stanley Kubrick dirigió en 1975 esta, que es una de sus más aclamadas obras, en la que durante más de tres horas nos cuenta la historia del personaje que da título a la película, Barry Lyndon, basada en la novela del mismo título escrita por William Thackeray.

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Barry Lybdon fue merecedora de cuatro Oscar de los siete a los que había sido nominado, incluyendo el de mejor vestuario y fotografía, dos BAFTA de los cinco a los que fue nominado, incluyedo el de mejor director.

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La película cuenta las peripecias del aventurero irlandés Barry Lyndon, interpretado por Ryan O'Neal. La historia comienza en Irlanda en el siglo XVIII. El joven Redmond Barry se enamora de su prima Nora Brady y se bate en duelo por su amor matando aparentemente a su prometido el rico capitán inglés Quinn. Barry huye, se enrola en el ejército inglés y tras desertar, se alista al ejército prusiano. Barry viaja por Europa como soldado, agente secreto al servicio de Prusia y finalmente como jugador profesional, buscando fortuna. Seduce y se casa con una rica viuda, Lady Lyndon, interpretada en la película por Marisa Berenson; una mujer de la que no está enamorado por lo que es indiferente a ella y a su hijo, el pequeño Lord Bullingdon, quien sabe que Barry es simplemente un oportunista. Barry se convierte en un hombre cínico y un marido egoísta. La pareja tiene un hijo, Brian, que crece gozando del gran cariño de su padre pero que muere tras sufrir una caída de caballo. En un duelo con Lord Bullingdon, Barry pierde una pierna se va de Inglaterra, regresando a Irlanda y dejando atrás a su esposa a uien no volverá a ver, dedicándose de nuevo, pero sin éxito, al juego.

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Esta es una película espectacular y triste, de gran impacto visual, de paisajes y vestuarios que dan un empaque especal y que, a pesar de su largo metraje, de su sesgo antimilitarista, y de ser introducido por un narrador en off, no se hace pesado y no ha perdido la frescura y calidad tras cuarenta años.