Me enteré hace un par de días. Mi amigo y, en ciertas lides, maestro, Jorge Aspizua Turrión ha muerto. Así lo anuncia su hermano Iñaki en el blog que permanecerá para siempre en el universo digital de la web como testimonio de un compromiso intelectual con España y su Defensa.
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Arrastró una pesada enfermedad y esto le hizo sobrellevar muchas operaciones y unos complicados tratamientos finales que no consiguieron cambiar a Jorge, un tipo activo, optimista y que siempre tenía una ilusión en la que soñar, una misión que cumplir, un amigo o conocido a quien echar una mano. Así seguirá en la eternidad.
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Arrastró una pesada enfermedad y esto le hizo sobrellevar muchas operaciones y unos complicados tratamientos finales que no consiguieron cambiar a Jorge, un tipo activo, optimista y que siempre tenía una ilusión en la que soñar, una misión que cumplir, un amigo o conocido a quien echar una mano. Así seguirá en la eternidad.
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Le visité por ultima vez cuando él sospechaba que ya "todo el pescado estaba vendido" y aún así no perdía el ánimo, al menos aparentemente ya que me confesaba que sólo su Fe le mantenía vivo. Me lo creo. Me quedará siempre el remordimiento de no haberle visitado más veces cuando más lo necesitaba.
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Vasco, catalán, socialista (de los de verdad), católico, a su estilo, pero con una fe de hierro, sobrino de falangista e hijo de una mujer excepcional. Español por los cuatro costados, orgulloso de serlo y combativo en lo esencial. Demasiadas cosas teníamos en común como para que las tareas intelectuales que nos unieron no se transformaran en amistad verdadera. Nuestra amistad fue, sobre todo, epistolar aunque nos tomamos también algunos cafés y gin-tonics, asistimos a aburridas conferencias, criticamos a todos los Gobiernos de los últimos diez o veinte años, lloramos juntos una negra tarde de marzo...
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Ahora Jorge, sé que estás en la Casa del Padre porque has sido una magnífica persona y porque tu purgatorio lo pasaste ya en vida. Te mando también mis oraciones y te encomiendo por igual a las Vírgenes de Begoña, de Montserrat y del Pilar.
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Ahora, tras haber cumplido la misión que tenías en esta vida, simplemente descansa en Paz.
Le visité por ultima vez cuando él sospechaba que ya "todo el pescado estaba vendido" y aún así no perdía el ánimo, al menos aparentemente ya que me confesaba que sólo su Fe le mantenía vivo. Me lo creo. Me quedará siempre el remordimiento de no haberle visitado más veces cuando más lo necesitaba.
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Vasco, catalán, socialista (de los de verdad), católico, a su estilo, pero con una fe de hierro, sobrino de falangista e hijo de una mujer excepcional. Español por los cuatro costados, orgulloso de serlo y combativo en lo esencial. Demasiadas cosas teníamos en común como para que las tareas intelectuales que nos unieron no se transformaran en amistad verdadera. Nuestra amistad fue, sobre todo, epistolar aunque nos tomamos también algunos cafés y gin-tonics, asistimos a aburridas conferencias, criticamos a todos los Gobiernos de los últimos diez o veinte años, lloramos juntos una negra tarde de marzo...
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Ahora Jorge, sé que estás en la Casa del Padre porque has sido una magnífica persona y porque tu purgatorio lo pasaste ya en vida. Te mando también mis oraciones y te encomiendo por igual a las Vírgenes de Begoña, de Montserrat y del Pilar.
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Ahora, tras haber cumplido la misión que tenías en esta vida, simplemente descansa en Paz.
8 comentarios:
Gracias por el recuerdo de ustedes Iñaki Aspizua su hermano.
Descanse en paz.
Nos veremos de nuevo Jorge. El Alijar
Bien sabes que no comulgamos en nada, pero esta entrada te honra.
Rosas verdes, nuestra común amistad con Jorge (q.e.p.d.) muestra que no estamos tan alejados como crees. Estoy convencido.
Un abrazo
Abu
Bonito homenaje el que le haces. Yo no le conocí. Me hubiera gustado hablar con él y conocerle. Desciende de salmantinos. Poseía rasgos de todas las Españas.
Por cierto, Alijar. Se te echa de menos.
Sigo echando mucho de menos a mi amor.
Irene, todos le echamos de menos, pero la seguridad de que le volveremos a ver en la vida eterna, nos reconforta.
Gracias por tu testimonio.
Abu
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