Léxico familar de Natalia Ginzburg

Leyendo El gato encerrado, Andrés Trapiello cita la lectura de este libro como algo gratificante. Yo he seguido su consejo ya que este volumen, editado por Ediciones del Bronce en 1998 estaba desde hace años entre mis libros sin que le hubiera prestado mucha atención. No me ha defraudado y me alegro de haber descubierto un libro que estuvo a mi alcance desde hace 13 años sin percatarme de ello.
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Natalia Ginzburg es una de las principales novelistas italianas del siglo XX, nacida en una familia judía le tocó vivir los comienzos del régimen fascista en la Italia de los años 20. En su familia, de ideas izquierdistas, sus hermanos mayores y, en menor medida, su padre, se implicaron en la lucha clandestina contra el régimen de Musolini. Natalia nos descubre sus sentimientos desde una mirada inocente e infantil pero que va descubriendo, poco a poco los secretos de la vida.
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En 1963 escribió este Léxico familiar, su libro más conocido y celebrado en el que repasa las anécdotas familiares y su propia peripecia vital desde los primeros recuerdos de su infancia a finales de la Primera Guerra Mundial hasta los años 1950. Pasan por sus páginas personajes políticos y literarios de primera fila en la Italia de entreguerras y traza de ellos un perfil muy personal. Pero es quizás la forma de tratar su propia vida lo que atrae de este libro.
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Su primer marido, Leone Ginzburg, un activista ruso afincado en Italia murió torturado en una prisión romana durante la Segunda Guerra Mundial. Este hecho que, sin duda marcó la vida y la obra de la autora es un hecho colateral en el relato y no permite que ni la ira, ni el odio contaminen su discurso. Su familia y todo lo que sufre o disfruta con ella, las obsesiones de su padre o la especial relación con su madre o las ausencias de su hermanos lo inundan todo sin variar, por trágicas que hayan sido las circunstancias, su sentido optimista y positivo en todo el relato. Gracias, Trapiello, por el consejo.