sábado, 24 de abril de 2010

Pedro Navajas de Rubén Blades


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Por la esquina del viejo barrio lo ví pasar,

con el tumba´o que tienen los guapos al caminar,

las manos siempre en los bolsillos de su gabán

pa´ que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal.


Usa un sombrero de ala ancha de medio la´o

y zapatillas por si hay problema salir vola´o,

lentes oscuros pa´ que no sepan qué está mirando

y un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.


Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer

va recorriendo la acera entera por quinta vez

y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar

que el día está flojo y no hay clientes pa´ trabajar.


Un carro pasa muy despacito por la avenida,

no tiene marcas, pero to´s saben que es policía.

Pedro Navaja, las manos siempre dentro el gabán,

mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar.


Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina,

no se ve un alma, está desierta to´ la avenida.

Cuando de pronto esa mujer sale del zaguán

y Pedro Navaja aprieta un puño dentro el gabán.


Mira pa´ un la´o, mira pa' el otro y no ve a nadie,

y a la carrera, pero sin ruido, cruza la calle.

Y mientras tanto en la otra acera va esa mujer

refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer.


Mientras camina del viejo abrigo saca un revólver, esa mujer,

y va a guardarlo en su cartera pa´ que no estorbe.

Un treinta y ocho "Smith & Wesson" del especial

que carga encima pa´ que la libre de todo mal.


Y Pedro Navaja, puñal en mano, le fué pa´ encima,

el diente de oro iba alumbrando to´a la avenida,

mientras reía el puñal le hundía sin compasión,

cuando de pronto sonó un disparo como un cañón.


Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía a esa mujer

que, revólver en mano y de muerte herida, a él le decía:


"Yo que pensaba: hoy no es mi día, estoy sala´,

pero, Pedro Navaja, tú estás peor: no estás en na´".

Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió.

No hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró.


Sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó,

cogió el revólver, el puñal, los pesos y se marchó.

Y tropezando se fue cantando desafina´o,

el coro que aquí les traje mira el mensaje de mi canción:


"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!"

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!


Pedro Navaja matón de esquina, quien a hierro mata a hierro termina

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡ay, Dios!

Pedro Navaja maleante pescador, mal anzuelo que tiraste,

en vez de una sardina un tiburón enganchaste.


I like to live in America


La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!

Ocho millones de historias tiene la ciudad de Nueva York.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!

Como decía mi abuelita: "El que último ríe , se ríe mejor"


I like to live in America


La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida

Cuando lo manda el destino, no lo cambia ni el más bravo,

si naciste pa´ martillo, del cielo te caen los clavos

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!


Barrio de guapos cuida´o en la acera,

cuida´o camara´ que el que no corre vuela

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!


Como en una novela de Kafka el borracho dobló por el callejón

2 comentarios:

Lobo dijo...

No lo imaginaba latino y rumboso.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Hoal, Lobo.
¿Por qué no? Rumboso y, sobre todo, "tangoso". Adoro la canción Pedro Navajas desde hace demasiados años... los que hay desde mi infancia.
Un abrazo.
Abu