El viejo carnicero stalinista habla de nuevo

Santiago Carrillo, doctor "honoris causa" por incontables instituciones de todo tipo, doctor en "libertades" y maestro de ceremonias de la "democracia" ha vomitado su bilis en el diario El País. Una vez más, este carnicero responsable directo del asesinato de muchos miles de españoles ha intentado dar lecciones de aquello que no sabe, pero, ay, se le escapan a veces algunas "perlitas" que no quiero dejar pasar. Allá van.

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“… los crímenes que se produjeron en el campo republicano, mucho menores de los que hubo en el franquista, fueron juzgados muy severamente …”. ¿De verdad Sr. Carrillo que fueron mucho menores? ¿No es Vd. parte interesada en que así se reconozca?

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Pienso que la corrupción es sobre todo una consecuencia del sistema político-social del capitalismo. […] el Partido Popular … puede convertirse en un peligro para la democracia. Es bueno saber que la corrupción es una consecuencia del capitalismo, aunque tres líneas más abajo diga que fue el origen de la caida de la URSS... los años no perdonan, ¿verdad carnicero?. Al PP, al que nada me une, se le puede considerar lo que se quiera, pero la democracia (virtual) española está más en peligro porque se dé crédito a las palabras de alguien como Carrillo.

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Durante años, la Unión Soviética parecía como una solución, sin embargo, el acoso exterior del capitalismo y la corrupción … La URSS le pareció la solución a los que compartían mesa y mantel con Stalin, como Dolores Ibarruri o tu mismo. Y el capitalismo otra vez... qué malo...

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[En la II República] el Partido Socialista, era un partido dividido en tres corrientes, derecha, centro e izquierda, que llegó a la Guerra Civil prácticamente roto, pero en sus filas, por lo menos en los sectores de izquierda, había una noción bastante clara de la necesidad de cambiar la sociedad. De hecho intentaron cambiarla a través de las checas y con la ayuda inestimable de asesinos como tu, Carrillo.

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Yo creo que quienes me influyeron más no fueron políticos simplemente, fueron unos señores que se llamaban Carlos Marx y Federico Engels. Y así te fue, que ni entendiste, ni leiste Das Kapital.

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Y por último la mejor… A la pregunta: ¿No cree usted que IU debió haber condenado la muerte del preso político Orlando Zapata, los atropellos contra las damas de blanco y los disidentes en Cuba, en vez de mirar a otro lado? El carnicero responde: Hoy no toca hablar de eso. Y es lo bueno que tiene ser el gurú de la democracia que sólo hablas sobre lo que quieres pero no respondes a lo que duele, porque en el fondo, Carrillo sigue siendo tan asesino como en Noviembre de 1936 y por eso, calla, y seguramente sonrie en la sucia y podrida soledad moral en la que se recrea recordando, con melancolía el tableteo de las ametralladoras rusas en las coilinas de Paracuellos. Es una lástima que diarios que se creen serios, en pleno siglo XXI, aún dejen lugar para las declaraciones de asesinos como este.