Hace algunos años busqué alguna lista de las consideradas, por los críticos, como las mejores películas británicas, ya que considero el cine de este país como de lo mejor. Para mi sorpresa en todas las listas que vi aparecía siempre entre las tres mejores una, para mi desconocida, y que no ha recibido premio alguno. Su título es Trainspotting, se estrenó en 1996 y su director fue Danny Boyle. que contó con un grupo de actores, entonces, inexpertos y que venían, casi todos, del mundo de la televisión. El británico Boyle ganó un Oscar, una Globo de Oro y un BAFTA por dirigir Slumdog Millionaire en 2008, pero muchos críticos siguen considerando esta como su mejor obra.
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La palabra inglesa trainspotting, significa algo así como el hobby de ver pasar trenes. Y el título de esta película está muy bien traído ya que , con una mirada irónica y divertida, plagada de palabras malsonantes y alguna escena que causa cierto estupor, nos pone ante un grupo de jóvenes que llevan unas vidas marginales de delincuancia y drogas y les deja a ellos que nos lo cuenten, a su estilo, con sus palabras. La historia de unos jóvenes fracasados en el Edimburgo del post-thatcherismo, que condicionan su vida y la del grupo al consumo de heroína a la que, tras infructuosos intentos de dejarla, regresan siempre. Pero es también, sobre todo una disparatada y, en cierto modo, entrañable historia de amistad.
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Trainspotting es una gran película que retrata una época y una generación que, por desgracia, continúa aquí, entre nosotros.
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