Un buen amigo que vivía hace años en Bélgica me recomendó este libro para entender todo lo que pasaba en Bélgica, y se refería a unas cuantas cosas, desde los casos de pederastia a la fractura entre valones y flamencos pasando por su posición central en Europa, como sede de organizaciones importantes y su irrelevancia como nación. Para nada trata estos temas el libro del historiador norteamericano Adam Hochschild, pero sí que relata con crudeza desarrollando una triste historia que, cubriendo muchos años, nos llega en su forma destilada, a modo de consecuencia, de una ciénaga moral.
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El fantasma del Rey Leopoldo cuenta la colonización del Congo como la mayor finca particular del mundo y, sobre cómo los beneficios económicos de Bélgica, a través de su malvado Rey, se basaron en el trabajo esclavo, la tortura, el asesinato y la ignominia y que sólo la decidida voluntad de un puñado de hombres buenos que, arriesgando vidas y haciendas, hicieron que aquello se supiera para desenmascarar al tirano que vivía en su Palacio rodeado de aduladores, jovencitas "serviciales" y arquitectos que transformaban el sufrimiento de millones de congoleños en monumentos que aún hoy se pueden ver en Bruselas y otros lugares de Bélgica.
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Pero este libro cuanta la lucha de Morel, Casement, Sheppard y otros que sabiendo lo que sucedía en el Congo lo denunciaron y pusieron de manifiesto uno de los mayores crímenes originados por el colonialismo europeo en África que causó, según el autor aunque quizás exageradamente, diez millones de muertos en apenas veinte años.
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Por eso, la Bélgica de hoy en día tiene en sus cimientos la cumbre de la inmoralidad y la mentira y por eso es inviable como nación.
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