La montaña mágica de Thomas Mann

Señalada por los críticos literarios como una de las mejores novelas del siglo XX y sabiendo que su autor, Thomas Mann, era un hombre íntegro, seguramente el mejor escritor en alemán del siglo XX, y poseedor de una delicada, profunda e incisiva sensibilidad que le hacía ser un gran conocedor de la naturaleza humana no dudé en emprender con curiosidad la lectura de esta novela, La montaña mágica, editada por primera vez en Berlín en 1924.
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Esta novela, de más de 900 páginas en la excelente edición de Edhasa, narra la vida de un joven alemán, Hans Castorp en un hospital, el Berghof, para enfermos crónicos cercano a Davos en los Alpes suizos, al que llega sólo para acompañar a su primo Joaquín, pero en el que acabará viviendo siete años, en la primeras décadas del siglo XX, justo antes de la Primera Guerra Mundial. Son años cargados de experiencias, del despertar de la conciencia, un auténtico rito iniciático a la edad adulta.
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Esta novela ha tenido gran cantidad de interpretaciones, seguramente tantas como lectores. Son de destacar como puntos importantes, el papel del tiempo que se va diluyendo según avanza la novela o la configuración de dos mundos paralelos e independientes: el de Davos y el del resto del mundo. Aparecen otros rasgos como las historias aparentemente independientes y que podrían apartarse de la trama sin que se altere. Es el caso de las sesiones de espiritismo o de ciertos personajes que deambulan por la trama de manera prescindible. Lo latino, también lo español, aunque mal parado, tiene su hueco en esta obra, como reflejo de la cercanía a ese mundo a través de la madre de Mann que era brasileña.
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El resultado es una novela multiforme, con miles de interpretaciones que requerirían de varias relecturas, que, en principio, no pienso hacer.