Cántico de Jorge Guillén

El nombre de Jorge Guillén me resultaba conocido y sabía que era uno de los grandes poetas de la Generación del 27, pero no había leído nada suyo, por eso me hice con esta colección de poemas, que lleva por título Cántico, quizás el más conocido de autor, que fue profesor universitario en el exilio.

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He de reconocer que su poesía, calificada por los críticos como "poesía pura", no me ha satisfecho plenamente, quizás porque estoy acostumbrado a otros autores o porque la manera de abordar el poema me resulta críptico, a veces parecen adivinanzas, aunque sean técnicamente perfectos. Lo siento, pero lo veo así. No obstante hay poemas de indudable belleza, como por ejemplo este que comparto con ustedes.
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.....Perfección
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.....Queda curvo el firmamento
.....Compacto azul, sobre el día
.....Es el redondeamiento
.....Del esplendor mediodía.
.....Todo es cúpula. Reposa,
.....Central sin querer, la rosa,
.....A un sol en cenit sujeta.
.....Y tanto se da el presente
.....Que el pie caminante siente
.....La integridad del planeta.

La busca de Pío Baroja

Anuncié ya que me iba a empezar a leer novelas de Pío Baroja y comencé con Zalacaín el aventurero. En esta campaña por descubrir novelistas españoles, me de decidido a seguir con La busca, novela editada en 1904 y que no era de las que Don Pio se sentía más orgulloso.

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Esta excelente y recomendable novela es un retrato de una casta de desharrapados y de una época felizmente desaparecida. Manuel es un muchacho sin maldad que se ve, por circunstancias familiares y económicas, abocado a una vida de mendicidad, pequeño delito y búsqueda permanente por la supervivencia, a veces simplemente un techo o un trozo de pan.

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La novela está ambientada en los bajos fondos de Madrid y presenta el contrapunto a los amables y cómicos sainetes de la época. Una corte de vagabundos, prostitutas, viejas decrépitas y desesperadas, chulos buscavidas y violentos, demenciados de todo tipo que configuran una sociedad peculiar en su miseria y brutalidad de la que Baroja extrae a sus personajes.

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Baroja, profundo conocedor de la naturaleza humana, es capaz de retratar ese Madrid, reconocible físicamente hoy en día en sus calles, pero que ha desaparecido casi por completo en su "fauna" con la aparición de las clases medias en los años 40 y 50 del pasado siglo. Pero, ¿volverá esta "fauna" dadas las actuales circunstancias?

La montaña mágica de Thomas Mann

Señalada por los críticos literarios como una de las mejores novelas del siglo XX y sabiendo que su autor, Thomas Mann, era un hombre íntegro, seguramente el mejor escritor en alemán del siglo XX, y poseedor de una delicada, profunda e incisiva sensibilidad que le hacía ser un gran conocedor de la naturaleza humana no dudé en emprender con curiosidad la lectura de esta novela, La montaña mágica, editada por primera vez en Berlín en 1924.
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Esta novela, de más de 900 páginas en la excelente edición de Edhasa, narra la vida de un joven alemán, Hans Castorp en un hospital, el Berghof, para enfermos crónicos cercano a Davos en los Alpes suizos, al que llega sólo para acompañar a su primo Joaquín, pero en el que acabará viviendo siete años, en la primeras décadas del siglo XX, justo antes de la Primera Guerra Mundial. Son años cargados de experiencias, del despertar de la conciencia, un auténtico rito iniciático a la edad adulta.
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Esta novela ha tenido gran cantidad de interpretaciones, seguramente tantas como lectores. Son de destacar como puntos importantes, el papel del tiempo que se va diluyendo según avanza la novela o la configuración de dos mundos paralelos e independientes: el de Davos y el del resto del mundo. Aparecen otros rasgos como las historias aparentemente independientes y que podrían apartarse de la trama sin que se altere. Es el caso de las sesiones de espiritismo o de ciertos personajes que deambulan por la trama de manera prescindible. Lo latino, también lo español, aunque mal parado, tiene su hueco en esta obra, como reflejo de la cercanía a ese mundo a través de la madre de Mann que era brasileña.
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El resultado es una novela multiforme, con miles de interpretaciones que requerirían de varias relecturas, que, en principio, no pienso hacer.

Ese ejército que ves... El eterno verso de Calderón.

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.....Este ejército que ves

.....vago al yelo y al calor,

.....la república mejor

.....y más política es

.....del mundo, en que nadie espere

.....que ser preferido pueda

.....por la nobleza que hereda,

.....sino por la que él adquiere;

.....porque aquí a la sangre excede

.....el lugar que uno se hace

.....y sin mirar cómo nace

.....se mira cómo procede.

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.....Aquí la necesidad

.....no es infamia; y si es honrado,

.....pobre y desnudo un soldado

.....tiene mejor cualidad

.....que el más galán y lucido;

.....porque aquí a lo que sospecho

.....no adorna el vestido el pecho,

.....que el pecho adorna al vestido.

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.....Y así, de modestia llenos,

.....a los más viejos verás

.....tratando de ser lo más

.....y de aparentar lo menos.

.....Aquí la más principal

.....hazaña es obedecer

.....y el modo cómo ha de ser

.....es ni pedir ni rehusar.

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.....Aquí, en fin, la cortesía,

.....el buen trato, la verdad,

.....la firmeza, la lealtad,

.....el honor, la bizarría,

.....el crédito, la opinión,

.....la constancia, la paciencia,

.....la humildad y la obediencia,

.....fama, honor y vida son

.....caudal de pobres soldados;

.....que en buena o mala fortuna

.....la milicia no es más que una

.....religión de hombres honrados

Zalacaín el aventurero de Pío Baroja

Como ya había advertido, tenía el propósito de comenzar a leer a Pío Baroja, considerado por muchos como el mejor novelista español del siglo XX. No me pronuncio en este aspecto, pero he de reconocer que la novela que acabo de leer me ha gustado mucho. Se trata de un clásico barojiano, Zalacaín el aventurero, novela de guerra y aventuras ambientada en la tercera guerra carlista.

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Esta novela mantiene la tensión y el ritmo para que la acción transcurra con rapidez y, a la vez, ilustre, desde la óptica del autor, lo que fue la guerra carlista en las montañas de Navarra y Guipúzcoa a mediados de los años 1870s. Desfilan por esta novela junto a personajes de ficción, como el propio Martín Zalacaín, otros históricos, como el Cura Santa Cruz y su partida o el General Martínez Campos.

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La novela, al margen de la acción, las marchas, las evasiones y descubiertas, retrata, bien que con trazo grueso, al bando carlista, la corte de Estella y las partidas que hacían la guerra por su cuenta. En el fondo es un retrato de la España cainita que tan bien conocemos, con sus momentos de gloria y heroismo y los de estupidez y crueldad. Habrá que leer algo de Valle-Inclán para "desintoxicar", lo que no significa que no recomiende , y además vivamente, esta novela.

Mano en candela de Aquilino Duque

Aquilino Duque es uno de los mejores prosistas españoles vivos. Su experiencia, los largos años de experiencia internacional y su visión políticamente incorrecta del mundo hacen de él un escritor minoritario, o por decirlo con mayor exactitud, elitista ya que sólo una relativa minoría disfrutamos de su estilo, de sus historias y de las miles de anécdotas que atesora.

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La vigorosa editorial valenciana Pre-textos, ha editado varios de sus libros y uno de ellos es este Mano en candela que cuenta la historia de Juan Antonio Campuzano. Pero a decir verdad, Campuzano sale poco en el libro y casi siempre como mera excusa para que Aquilino Duque nos introduzca en la vida y ,milagros de decenas de personajes que tuvieron algo que decir en el mundo político, social o cultural de España en la apasionante época que va de la posguerra al final de la transición. En ella aparecen sin afeites ni disfraces personajes como Antonio Gala, Bergamín, Camilo J. Cela, Rafael Alberti, y otros mucho cuyos nombres de cuida de citar abiertamente. Un lugar especial ocupan las hermanas María y Araceli Zambrano, nombradas como Amaranta y Misericordia y que son hilo conductor de varias historias. Algunos salen mal parados.
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Es el retrato crudo e hilarante caricatura de una época, espejo de las grandezas y miserias de personas apasionantes que vivieron con intensidad y sin someterse a las rigideces políticas actuales, a la aventura que era vivir en plenitud la España de aquellos años.

Oración a San Expedito

San Expedito, un santo desconocido por mi hasta hace poco, un soldado romano mártir y abogado de las causas urgentes y desesperadas, ha sido intercesor de un asunto y por eso con esta entrada doy difusión a sus gracias, como la propia oración, que comparto, solicita.

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Mi San Expedito de las causas justas y urgentes, intercede por mi junto a Nuestro Señor Jesucristo, para que venga en mi socorro en esta hora de aflicción y desesperanza.

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Mi San Expedito tú que eres el Santo guerrero. Tú que eres el Santo de los afligidos. Tú que eres el Santo de los desesperados. Tú que eres el Santo de las causas urgentes, protégeme, ayúdame, otorgándome: fuerza, coraje y serenidad. ¡Atiende mi petición! (hacer la petición).

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Mi San Expedito, ayúdame a superar estas horas difíciles, protégeme de todos los que puedan perjudicarme, protege a mi familia, atiende mi pedido con urgencia. Devuélveme la Paz y la tranquilidad. ¡Mi San Expedito! Estaré agradecido por el resto de mi vida y propagaré tu nombre a todos los que tienen Fe. Muchas Gracias.

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Después se reza un Padre Nuestro, Ave María y Credo.