Me ha gustado reencontrarme con el más joven de los hermanos Machado y hacerlo con una vieja edición de Austral, esa colección de Espasa en la que leí hace muchos años casi todo lo que merece la pena.
.
.
Las Poesías completas, que creo que no lo son del todo, me han hecho recordar algunos de los primeros poemas de mi infancia, estos de Antonio Machado que junto con los de Becquer y Espronceda han enseñado los misterios de la rima y del juego del lenguaje a millones de españoles de mi ya experimentada generación.
.
.
Esta pasada semana pasé unos días de reposo frente a un olmo y no pude evitar recitar ante él estos versos eternos, que son todo un canto a la esperanza:
.
.
......Al olmo viejo, hendido por el rayo
......y en su mitad podrido,
......con las lluvias de abril y el sol de mayo,
......algunas hojas verdes le han salido.
.
......y en su mitad podrido,
......con las lluvias de abril y el sol de mayo,
......algunas hojas verdes le han salido.
.
Me ha gustado comprobar la evolución de Machado y el efecto de la pérdida de Leonor en su obra. Al mismo tiempo me ha apenado ver su paulatino descreimiento y su alejamienmto de Dios que deja ver, a veces, su sarcasmo y la acidez de sus pensamiento que, justo es decirlo, no afectan a la calidad y emotividad de su obra a la que regresaré con frecuencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario